ENTREVISTA PABLO DÁVALOS.
CAMBIO DE LA MATRIZ PRODUCTIVA: DISCURSO QUE ENCUBRE EL EXTRACTIVISMO* POR NANCY ROSERO.
Periódico Opción
“Más abominables son las oligarquías, que se entregan vendiendo por monedas la sonrisa de los pueblos”.
¿No resulta un contrasentido que el gobierno hable de un cambio en la matriz productiva y al mismo tiempo trabaje por afirmar la matriz primario exportadora, negociando con la Unión Europea un TLC para beneficiar a los agroexportadores tradicionales del Ecuador?
El Ecuador es un país pequeño, dedicado a producir lo que en economía se llaman productos primarios. El eje de nuestra economía es el petróleo; en el año 2012 el país exportó 12.000 millones de barriles, que representan aproximadamente el 20% del PIB para ese año. Además el Ecuador produce banano, flores, camarón, cacao, café, y en productos industrializados atún en lata y otras cosas pequeñas; es decir, no tenemos una fuerte especialización productiva. Hay datos que dicen que el 90% de los negocios corresponde a comercio y servicios, mientras que apenas el 10% de unidades empresariales realizan algún proceso de transformación productiva.
El gobierno ha impulsado un discurso para intentar movilizar a la ciudadanía diciendo que va a industrializar el país, que va a cambiar las condiciones de producción, pero en realidad es una estrategia que encubre una propuesta de tipo extractivista. Ello comprende todas las actividades para extraer y comercializar los recursos naturales, es decir la mercantilización de la naturaleza, a través de la industria del petróleo y la minería, de mercados de venta de carbono, transgénicos, etc. Lo que hace el gobierno es una construcción ideológica para que la gente no sepa hacia dónde va realmente: hacia una intensificación de las políticas extractivas.
Pero el gobierno habla de impulsar la industria metalúrgica, la petroquímica…
Sí, a pesar de que eso digan los planes, no existen las condiciones para que el Ecuador entre en un proceso real de industrialización, porque ¿qué significa industrializar? Significa tener mercados internos, y en nuestro país no los tenemos; se necesita obreros bien pagados, y en el Ecuador los obreros reciben alrededor del 50 o 60% de la canasta básica. Además necesitamos políticas financieras para la reactivación productiva, y eso tampoco lo tenemos. Existen políticas financieras destinadas al consumo. Aquí es más fácil endeudarse para comprar un auto que para ponerse una pequeña y mediana empresa. El año pasado, el 80% de los negocios que hay en el país no tuvo acceso a crédito.
Pero también para lograr la industrialización se necesitan políticas agrarias, y para que se tenga una idea, de un presupuesto de 26.000 millones de dólares, el gobierno ha destinado 350 millones para el sistema agropecuario.
Pero se necesitaría también de una política exterior soberana, es decir, que rompa con los lasos de dependencia que se mantiene con sectores del imperialismo… y no como hace el gobierno, mantener un endeudamiento con China y negociar un TLC con la Unión Europea
Sí, y hay que considerar también que a nivel mundial las relaciones internacionales se tejen bajo una visión geopolítica. Con el cambio que se produjo en la trama geopolítica luego de la caída de las torres gemelas en EEUU, empiezan a emerger nuevos bloques económicos, como China, que hace 10 años era una economía subdesarrollada y ahora se convierte en la segunda del mundo, desplazando a la Unión Europea y Japón. Empieza la emergencia de una potencia regional, que es Brasil, pasando de convertirse de la décimo segunda a la sexta potencia del mundo, empiezan a cambiar los términos de intercambio entre el centro y la periferia y empieza a aparecer sobre todo en EEUU y Europa una industria financiera de una magnitud nunca vista en la historia del capitalismo, un fenómeno de intermediación y de financialización especulativa, que tiene un volumen de negocios que sobrepasa incluso la imaginación.
Esto reconfigura los escenarios mundiales, cambia la geopolítica, altera las formas con las cuales se integraba el centro y la periferia. EEUU empieza a convertirse, por ejemplo, en un país desindustrializado porque las empresas norteamericanas empiezan a relocalizar sus empresas, primero en la frontera con México, luego en el sudeste asiático, ahora en China, Bangladesh; es decir, el empleo industrial en EEUU empieza a perderse y con ello se fractura el “new deal”, que dio paso al estado de bienestar, no solo en EEUU sino también en Europa. Entonces allá tienes problemas que antes eran privativos de América Latina: pobreza, desempleo, recesión, ollas comunitarias, gente que es desalojada de sus viviendas, gente que envía a sus hijos a las escuelas fiscales y los niños se desmayan porque no han desayunado.
En América Latina los efectos de la crisis no se han sentido, más bien se dice que hubo beneficios indirectos. ¿Está dado el escenario entonces para que el Ecuador emprenda en un proceso de industrialización?
Habría que cuidarse al decir que América Latina está bien. Es cierto que en nuestro continente aparece un crecimiento de la clase media, pero es cierto también que América Latina está peor que en los años 90. Porque hay una guerra a nombre del extractivismo. Si ves las víctimas por la desposesión que produce el extractivismo en Guatemala, Honduras, Puerto Rico, Panamá, Honduras, Paraguay, incluso Ecuador, verás mucha violencia. Hay un observatorio de los conflictos ambientales y da cuenta del crecimiento de los conflictos en esta década, de una magnitud mayor a las anteriores.
Se está configurando una nueva arquitectura regional, y en ella emerge Brasil, que quiere jugar en las ligas mayores de la globalización. Ahora ya tiene director de la OMC: Roberto Azebedo.
Brasil reconfigura el escenario en plena disputa con Estado Unidos, y eso ya se vio en el año 2000 cuando fue Brasil el que impidió que se construya el ALCA, y el que definió hasta dónde debían ir los acuerdos de integración. Es ese país el que está detrás de la UNASUR, y el que está construyendo un bloque al interior del Atlántico, contraponiéndose al del Pacífico que está más emparentado con los Estados Unidos, donde están Colombia, Chile, y Perú. Ecuador está suelto en esa línea del Pacífico. Brasil tiene el banco de desarrollo más grande de toda América, que es el Bandes, una institución que tiene más recursos que el Banco Mundial para toda la región, que el mismo Banco Interamericano de Desarrollo, y está financiando la penetración de empresas brasileñas al interior de la región. Es Brasil el que lleva adelante una especie de georeferenciamiento de todas las condiciones productivas al interior de América Latina, que se conoce con el nombre de IRSA.
Se dice que al interior del gobierno habría por lo menos dos corrientes, la una que está con la tesis de acercarse a este eje de la región que es Brasil y otro que está afirmando la idea de hacer esta negociación con Europa, y de afirmar la relación con China.
Exactamente. Tú tienes a Brasil y China que buscan conectarse por una especie de canales de Panamá a todo lo largo de la costa del Pacífico en América del Sur, que son los proyectos IRSA. Y al otro lado tienes a Brasil con África del Sur, conectándose y construyendo un eje del Atlántico Sur, que sería una contrapartida de lo que es el Atlántico Norte. Existe una disputa de Brasil con Estados Unidos, tal es así que en el 2008, cuando Brasil encuentra las reservas petrolíferas de “Camada presal”, que son las más grandes del continente, después de las venezolanas, Estados Unidos reactiva la Cuarta Flota y la pone a circular en el Atlántico Sur y en el Pacífico Sur, por ello Brasil casi se puso en estado de guerra, las Fuerzas Armadas de ese país se pusieron en alerta amarilla.
Es decir que el discurso de antimperialismo, de defensa de la soberanía, es solo discurso, porque en la práctica el gobierno ecuatoriano busca ubicarse en estos escenarios de confrontación interimperialista para ubicarse en una cadena de dependencia específica.
Exactamente. El gobierno tiene límites muy serios para la vigencia de su proyecto político, y el más serio es el económico. No tiene política monetaria, porque la perdimos en el 2000 producto de la crisis del 99, entonces no puede llevar adelante un real proyecto de soberanía, de reactivación productiva, no se puede redistribuir el gasto sin política monetaria. No hay cómo. Es que la política monetaria significa la capacidad que tiene un gobierno para emitir los billetes y para controlar la oferta monetaria en su propia economía, y por ello su única política es fiscal, que quiere decir recoger ingresos por dos vías: la renta extractiva del petróleo y los impuestos, y esos recursos redistribuirlos, nada más. Al no tener política monetaria toda esa propuesta de cambio de la matriz productiva se queda solo en el papel. El gobierno sabe que el momento en que proponga recuperar la política monetaria se cae, porque la sociedad ecuatoriana quedó tan fracturada, tan golpeada producto de la crisis del 99-2000, que se resiste mucho a recuperar su moneda, precisamente por el costo que implica aquello: devaluación, inflación, recesión, etc.
¿Entonces la política económica del régimen no es otra que la de reafirmar esta característica de economía primario-exportadora?
Exactamente. Por ello, lo que va a hacer el gobierno es tratar de abrir los espacios que le permitan traer más dólares a su economía, a través de los llamados acuerdos comerciales (TLCs), y llamando inversión extranjera directa. Aquí se ha construido un discurso estratégico que no tiene en cuenta las reales condiciones económicas del país, un discurso que es puro papel, pura propaganda. Lo que hace es un discurso que le permite cubrir la dinámica extractivista, y eso quiere decir, en últimas, entregar territorios a las grandes corporaciones o empresas transnacionales extractivas.
- un diálogo que mantuvimos con el analista económico Pablo Dávalos en los estudios de Ecuadorlibrered:http://www.ecuadorlibrered. tk.
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