Respuesta a Antonio Acosta Espinosa, Presidente del Banco del Pichincha
El día 12 de enero de los corrientes, el Sr. Antonio Acosta Espinosa, Presidente del Banco del Pichincha, en virtud de su derecho constitucional y legal a la réplica, envía a la Directora del Informativo Punto Noticias de Radio Pichincha Universal, varias puntualizaciones con respecto a declaraciones mías, realizadas en el respectivo programa de opinión y noticias, emitido a las 7h40 el 29 de diciembre de 2020. Al final de su pedido, el Sr. Acosta Espinosa establece que sus precisiones demuestran que mis declaraciones en ese espacio informativo fueron “falsas e infundadas”, y amenaza veladamente que ese tipo de declaraciones “malintencionadas” están “claramente penadas por la legislación vigente en el País” y, en un gesto gratuito que revela su consistencia moral, señala mi votación para la Alcaldía de Quito.
Sin embargo, luego de una lectura atenta de sus “precisiones”, se puede concluir y establecer que el Sr. Acosta Espinosa confunde el sentido y la información que fue presentada en dicho espacio radial. La información que presenté es oficial y consta en la página web del SRI, así como en aquella de la Superintendencia de Bancos y Seguros.
La interpretación de los datos corresponde a un punto de vista académico sobre los procesos de concentración y centralización de capital, y de asimetrías de información generadas por las imperfecciones de mercados monopólicos que caracterizan a la economía ecuatoriana. Mis criterios, por tanto, son académicos, no son políticos, y no fundamentan ningún criterio de valor sino establecer una realidad objetiva y empíricamente demostrable desde la economía política y sus categorías epistemológicas y analíticas, y con datos oficiales. Las supuestas precisiones del Sr. Antonio Acosta Espinosa, en cambio, son totalmente ideológicas y, por supuesto, nada tienen que ver con la academia ni con el rigor del pensamiento científico.
En efecto, cuando presenté información sobre los grupos financieros y su responsabilidad fiscal, hacía referencia al Grupo Financiero Banco Pichincha, porque tal es la denominación del grupo raíz establecida por el Servicio de Rentas Internas, y que forma parte de un universo de 270 grandes grupos económicos que tienen el control de 5.170 sociedades nacionales (menos del 1% de las empresas registradas en la superintendencia de compañías y del catastro de empresas nacionales del censo económico del INEC), 1.558 sociedades extranjeras, 43 instituciones financieras y 48 grandes medios de comunicación, y que en conjunto pertenecen a 965 personas (el 0,002 % de la población total). Estos grupos económicos tuvieron ingresos, en el año 2019, de 68,45 mil millones de USD, y pagaron, en conjunto, el 2,34% de esos ingresos en impuesto a la renta. De hecho, su contribución del impuesto a la renta del año 2019 representó el 37,1% de la recaudación de impuesto a la renta de ese año, lo que significa que a pesar de sus enormes ingresos, su contribución tributaria no es sustancial.
Estos grupos económicos poseen activos que representan casi el volumen total de la economía ecuatoriana (124,67 mil millones de USD en activos, frente a 133.01 mil millones de la oferta final de la economía nacional, datos del año 2019), y tienen un patrimonio neto de 45,56 mil millones de USD, para un promedio de 47,2 millones de patrimonio per cápita (7.538 veces más grande que el ingreso per cápita nacional). En virtud que no existen impuestos directos que graven ni los activos ni el patrimonio, son ingresos netos que no causan ninguna responsabilidad tributaria para estos grupos económicos y sus accionistas.
En el caso específico del grupo económico Banco Pichincha, se trata de un grupo que tiene 4 accionistas principales, 111 empresas nacionales, 14 sociedades extranjeras, y 6 sociedades financieras, entre ellas el Banco del Pichincha, y dos domiciliadas en paraísos fiscales. Es, de hecho, el grupo económico más importante del país y así lo clasifica el SRI.
Su crecimiento en los últimos diez años ha sido espectacular. Sus ingresos han pasado de 1.187,31 millones de dólares en el año 2009 a 2.723,34 millones de dólares en el año 2019 (datos del SRI). Su principal accionista es Fidel Egas Grijalva. (Para una comprensión del origen y de cómo Fidel Egas Grijalva, principal de este grupo económico, se convirtió en uno de los hombres más ricos del país, gracias a diversos tipos de maniobras y colusiones con el poder político de turno, puede leerse la tesis de maestría en ciencias políticas de FLACSO, de Gabriela Alexandra Rosero Delgado, del año 2013: “Oligarquías en el Ecuador desde el auge neoliberal hasta su ulterior recomposición en la crisis económica del 2000”).
En consecuencia, cuando describí el comportamiento de este grupo económico, consideré la información agregada, además de oficial, de todo el grupo económico, y no solo de una de sus empresas, el Banco del Pichincha, que si bien es la más importante, solo representa una parte del modelo de negocios de este grupo económico.
Por ello, la información que presenta el Sr. Acosta Espinosa para precisar mis afirmaciones, en realidad solo hacen referencia al comportamiento del Banco del Pichincha, y no de todo el grupo económico. En efecto, además del Banco del Pichincha, pertenecen a este grupo económico varias empresas con gran poder de mercado como: Banco Diners Club, AIG Metropolitana de Seguros, Banco General Rumiñahui, Interdin, Banco de Loja, CrediFe Desarrollo Microempresarial, Banred, Almesa, Confiamed, Vaserum S.A., Olipuerto, entre las más importantes, además de una serie de fideicomisos y titularizaciones de cartera manejadas directamente por este grupo económico.
Este grupo, es necesario decirlo, controla cuatro bancos que en diciembre del año pasado tuvieron, de acuerdo a datos de la superintendencia de bancos, un manejo conjunto de cartera de créditos por 7.912 millones de dólares, que representan el 29% de la cartera de créditos de todo el sistema financiero privado del país, lo que, sin duda, les da un margen de maniobra y una economía de escala que distorsionan todo el sistema de ahorro-inversión del país. Si se añade la cartera de activos del Banco de Guayaquil, ambos grupos económicos controlan el 41,03% del mercado financiero nacional, de ahí su poder de determinación de las tasas de interés.
Los bancos del grupo económico Banco Pichincha han colocado el 62,03% de su cartera en créditos de consumo que, a fines de 2020, tenían una tasa de interés de 16,63% (datos del Banco Central), lo que les permite un gran nivel de rentabilidad y provocan una distorsión macroeconómica importante (porque estimulan más el consumo que la producción con la subsecuente presión sobre la balanza de pagos). El grupo, asimismo, tiene una posición dominante de mercado en las microfinanzas porque controla el 58,1 % de la cartera de crédito al sector (conjuntamente con Banco Solidario controlan cerca del 72% del mercado de microfinanzas del sector bancario), y cobran una tasa de interés activa promedio de 22,87% (a nivel mundial la tasa Libor promedia el 4%). Son estas altas tasas de interés las que otorgan una gran capacidad financiera y una gran rentabilidad económica a este grupo económico.
Cabe indicar que el Banco Central del Ecuador no determina las tasas de interés del sector financiero, sino que las promedia y sobre ese promedio establece las tasas máximas de referencia por segmento. La determinación de las tasas de interés las hace el mercado bancario que, como puede apreciarse, tiene actores dominantes que generan asimetrías de información y definen precios de monopolio (de hecho, es una práctica para todos los mercados, no solo para el mercado de tasas de interés).
Con respecto al comportamiento tributario del grupo Banco del Pichincha, la información del SRI señala que el grupo económico reportó ingresos en el año 2019 por 2.723.348.224 dólares, de los cuales pagó en impuesto a la renta 122.706.924 dólares, que corresponden al 4,51% de sus ingresos, lo que pone al grupo económico en el rango superior de pago de impuesto a la renta (de los 270 grandes grupos económicos, solo el 17,4% de ellos registran pagos de impuesto a la renta superiores al 4%. El 61,85% de los grupos económicos pagan menos del 2% de sus ingresos en impuesto a la renta).
El mismo SRI reporta que cuatro empresas del grupo reportan 12,19 millones de USD en deudas tributarias: AIG Metropolitana con 3,97 millones de USD, Banco Diners Club con 3,84 millones de USD, Banco del Pichincha con 2,57 millones de USD y Seguros Pichincha con 1,8 millones de USD (de las cuales ninguna es en firme).
El grupo posee activos totales por 17.681.149.806 dólares, de los cuales, efectivamente, el 64,6% corresponden al Banco del Pichincha, el 13,8% al Banco Diners Club, y el 5,4% al Banco General Rumiñahui, lo que indicaría que el principal accionista del grupo, Fidel Egas, sería uno de los hombres más acaudalados del mundo. Asimismo, el grupo presenta un patrimonio de 3.590.126.578 dólares para cuatro accionistas principales.
A diferencia de otros grupos económicos, el grupo financiero Banco Pichincha tiene dos empresas que le permiten controlar la mayor parte de la liquidez nacional: Compañía de servicios auxiliares del sistema financiero y BANRED. Puede afirmarse que este grupo económico prácticamente controla la dolarización del país. En efecto, BANRED actúa como interfaz de todas las transacciones electrónicas que se hacen en el sistema de pagos del país. Fue este grupo económico, de hecho, el principal beneficiario de las reformas legales de la ley de Reactivación Económica que el gobierno de Lenin Moreno aprobó en diciembre de 2017, cuando transfirió el dinero electrónico del Banco Central al sector financiero privado. En esa circunstancia no se trataba tanto del dinero electrónico, sino más bien de garantizar el monopolio de BANRED en el sistema de pagos privados a nivel nacional. En efecto, todos los pagos en línea del sistema financiero privado pasan por el monopolio de BANRED, y generan costos de transacción a todo el sistema.
El grupo también maneja 90 fideicomisos y dos titularizaciones (por ejemplo, el grupo maneja el Fideicomiso Teleamazonas II). Esto le permite una enorme flexibilidad financiera y una gran capacidad discrecional con respecto a responsabilidades fiscales y legales.
A través de varios pronunciamientos en redes sociales, sobre todo en la red twitter, se puede constatar el constante apoyo que el principal accionista de este grupo económico, Fidel Egas G., realizó al gobierno de Lenin Moreno y a sus políticas económicas (por ejemplo, el 08 de octubre de 2020 escribió el siguiente tweet: “La valentía demostrada por Richard Martínez(ministro de economía durante 2018-2020 de Lenin Moreno, P.D.) para asumir una tarea que parecía imposible y su capacidad y esfuerzo demostrada con resultados tangibles merece un gran reconocimiento …”). Por lo que puede colegirse que la política económica en el periodo 2017-2021, benefició de forma directa a los grupos económicos en general y al grupo Banco Pichincha en particular.
En consecuencia, mis aseveraciones corresponden a un pronunciamiento académico que puntualiza en las graves distorsiones para el sistema de precios que provocan los monopolios y las posiciones de dominación de mercado de los grandes grupos económicos, su escasa contribución fiscal, y la forma por la cual estos grupos manejan de forma estratégica la economía nacional en función de sus propios intereses. Su enorme poder económico solo puede comprenderse por su colusión con intereses políticos determinados y con políticas económicas que les benefician de forma directa. Hay que recordar, además, que estos grupos económicos también manejan 48 grandes medios de comunicación, que permanentemente generan un consenso nacional sobre la supuesta necesidad de proteger los intereses particulares de estos grupos económicos como si fuesen intereses de todos.
Considero que la democracia puede fortalecerse con instituciones sólidas y con responsabilidad fiscal. Los grupos económicos pueden confrontar una mayor carga fiscal y una mejor determinación tributaria desde el SRI, y para ello se necesita de un gobierno que no esté atado ni coaccionado por ellos. Pero no solo se necesita una mayor carga fiscal para estos grupos económicos, sino también evitar su capacidad de distorsión del sistema de precios en el mercado interno. En efecto, el sistema de precios registra más la renta de monopolio de estos grupos, que la libre competencia del mercado. El país necesita una fuerte arquitectura institucional que ponga freno a esas distorsiones y que asegure un sistema de precios más acorde tanto con la dolarización, como con la estructura económica del país. También se necesitan tomar acciones inmediatas, como por ejemplo dividir en bancos más pequeños al Banco del Pichincha, cuyo tamaño representa un riesgo sistémico para toda la economía nacional.
Con respecto a las “puntualizaciones” realizadas por el Sr. Antonio Acosta, las considero como un pronunciamiento ideológico del responsable de un banco privado, que, además, es propiedad de un grupo financiero, y que no tienen ninguna importancia académica, ninguna relevancia intelectual y cuyos datos, en realidad, avalan mis declaraciones.
Pablo Dávalos, PhD en economía
Pablo, las cifras y datos que nos entregan son fabulosos. Gracias por generar este tipo de información.
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