sábado, 21 de febrero de 2015

Carta Abierta a Alberto Acosta Revista Tintají Mayo 2006

Mayo 2006 
Es curioso, en mayo de 2006, publiqué una Carta Abierta a Alberto Acosta, en la revista Tintají, advirtiéndole el peligro de la precandidatura de Rafael Correa, transcribo algunos párrafos de esa 

Carta Abierta: 

"Carta Abierta a Alberto Acosta

Querido Alberto:
Antes que nada quiero reconocer tu honestidad a toda prueba, tu valía intelectual, tu solvencia moral y tu compromiso. Justamente por ello, porque toda tu vida ha estado dedicada a combatir al poder, y has estado siempre junto a los pobres de nuestro país, he creído conveniente dirigirte algunas dudas que, creo yo, las compartimos muchos, y por ello me atrevo a hacerlas públicas. Personalmente te considero mi amigo, mi camarada, y es esa consideración la que me obliga a plantearte lo siguiente:

1.- Tú sabes que las elecciones no cambian las relaciones de poder, menos aún en una sociedad racista y autoritaria como la nuestra. Sabes también que las elecciones solamente pueden constituirse en espacios de liberación a condición que se sumen procesos, organizaciones, y converjan las resistencias y movilizaciones de nuestro pueblo, dándole consistencia política y organizativa a cualquier experiencia electoral, y más aún si se logra acceder al gobierno. Por ello me sorprende tu apoyo y tu compromiso con la precandidatura presidencial de Rafael Correa, porque no se trata de candidaturas, ni de expectativas de votos, se trata de algo más profundo y tiene que ver con la posibilidad real de cambiar nuestro país. ¿Crees en verdad que la precandidatura de Correa, en el caso que se concrete y gane las elecciones, puede ayudarnos a cambiar este país? Y lo digo en serio, porque detrás de esa precandidatura confluyen sectores variopintos cuya única expectativa es la de acceder al gobierno y desde allí ganar posiciones de poder. No es gratuito que la dirigencia del movimiento indígena haya puesto distancias con esa precandidatura, ni que la izquierda ecuatoriana, con todos los defectos y culpas que podamos asignarle, la mire con desconfianza. Me pregunto, y nos preguntamos muchos ¿es viable una precandidatura cuyo único argumento político es que tiene un determinado porcentaje de votos? ¿es posible construir una opción real de cambio cuando con ese porcentaje de votos se quiere obligar a las organizaciones sociales y políticas a que se “sumen”? ¿es correcto que se manipulen a las organizaciones sociales solamente pensando en cálculos electorales? ¿Es político utilizar el argumento de la “intención de voto” para imponer una política de alianzas y desde allí confrontar al poder? ¿Es lícito jugar con los intereses personales que pueden tener algunos dirigentes sociales para obligarles a sumarse ¿No estamos cayendo en el mismo juego que hemos criticado y con razón al poder?

2.- Hemos escuchado con mucha insistencia las referencias al proceso venezolano y a la revolución bolivariana, sobre todo desde la precandidatura de Rafael Correa, y créeme que esas referencias me asustan porque significan que no se ha comprendido nada ni del país ni del continente. ¿Pretende Correa, en el caso de que gane la presidencia, construir desde el Estado, organizaciones sociales al tenor de una nebulosa propuesta bolivariana? Al parecer esa sería la intención. Lo que demuestra que no conoce nuestro país. Aquí, no es viable la propuesta bolivariana al estilo venezolano porque existe una poderosa organización social. Somos un país organizado, desde los comités barriales, pasando por las organizaciones deportivas, hasta movimientos sociales como el movimiento indígena. Y hay que respetar ese tejido organizativo. En Venezuela, Adeco y Copei destruyeron la organización social, crearon un Estado sin ciudadanías. Chávez ha tenido que reconstruirlas desde el estado y apelando a prácticas clientelares y populistas, está bien, es su proceso, gracias a eso se ha convertido nada menos que en interpelante del poder norteamericano. Pero en nuestro país, pensar algo parecido es una verdadera locura y puede llevarnos a extremos que signifiquen la cooptación por parte del Estado del tejido social, y eso significaría su destrucción. En realidad significaría retornar a las prácticas de Lucio Gutiérrez. ¿No te has puesto, querido amigo, a pensar que la propuesta política de la precandidatura de Correa puede ser una amenaza para el país? ¿Qué bajo el disfraz de la precandidatura de centroizquierda estemos nuevamente apostando a un Lucio ilustrado?

3.- Hay algo que a mí me parece no negociable bajo ningún motivo y es la paz. No se puede negociar la paz porque significaría negociar la vida. Pero el precandidato al que apoyas negoció la paz del país cuando votó por Luis Alberto Moreno para la presidencia del BID. Tú sabes quién es Moreno, lo denunciaste cuando se cometieron los atracos bancarios en 1999. Moreno es la persona que con Nicolás Landes quebró al Banco Popular. El año de 1999 fue dramático para todos. Pero no solo ello, Moreno es el mentalizador del Plan Colombia. Votar por él era votar por las fumigaciones, por los asesinatos, por la violencia. ¿Te parece suficiente premio el candidatizar a la presidencia de nuestro país a alguien que negoció la paz? ¿No te parece que si queremos cambiar al país debemos tener límites éticos, y nosotros más que nadie? ¿Qué les podemos decir a los amigos, familiares y compañeros de Angel Zhingri, asesinado por haberse opuesto al Plan Colombia? ¿Cómo les decimos que la persona que negoció la paz y los traicionó es ahora nuestro candidato? ¿Es ético, entonces, apoyar a Correa para que sea Presidente de nuestro país?

4.- La vida está llena de paradojas y de contradicciones. Uno de los sueños a los que siempre apostaste es a la unidad de la izquierda. Tarea para Sísifo, qué duda cabe. Pero justamente ahora se están dando las condiciones para que la izquierda, con todos sus defectos, con todas sus virtudes, con todos sus pecados, haya optado por unirse ante este periodo electoral. Finalmente tirios y troyanos han comprendido que hay que enfrentar de manera unida a los gigantes del poder aunque se disfracen de molinos de viento. Es una coyuntura única porque será la primera vez que la izquierda decida unirse bajo un solo candidato y un solo programa electoral. Y ese proceso te encontró justamente al otro lado de la orilla. ¡Ironías de la vida! Tú, que siempre apostaste a que la izquierda se una, te encuentras al otro lado y, sin que te lo hayas propuesto ¡dividiéndola!"


Con un abrazo fraterno

Pablo Dávalos
Quito, 20 de mayo de 2006



0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio