miércoles, 25 de julio de 2018

Santiago Basabe, o la confusión convertida en doxa

Santiago Basabe, o la confusión convertida en doxa

Pablo Dávalos

Santiago Basabe es un politólogo de FLACSO-Ecuador, que ahora forma parte del coro neoliberal y ha decidido aventurarse en el minado campo de la economía. Con una liviandad que, es de suponer, jamás permitiría a sus estudiantes de ciencias políticas, se permite aventurar criterios sobre los subsidios a los combustibles, la equidad y la política fiscal, y repite los argumentos de la doxa neoliberal: que los subsidios del gas y la gasolina, en realidad, benefician a los sectores medios y altos porque les permite un costo menor de combustible para sus autos y sus piscinas y jacuzzis. Se suma al coro de sicofantes del neoliberalismo y exige al gobierno: la eliminación de esos subsidios, “Ya!”.
Como buen ideólogo neoliberal, considera ineludible, imprescindible y urgente esta decisión de política económica. Ahora bien, ¿intuye Basabe de las consecuencias de sus exigencias? ¿Tiene alguna idea de lo que significan los conceptos de demanda agregada, costos marginales, precios relativos? ¿Habrá alguna vez leído o estudiado las fórmulas matemáticas inherentes a los conceptos de los multiplicadores macroeconómicos? ¿Sabe acaso que una de las políticas de equidad social más importante es, precisamente, la política de subsidios? ¿Es consciente de las aporías de su razonamiento? ¿Se da cuenta que a nivel de la ciencia económica está expresando un desatino de proporciones? ¿Habrá alguna vez leído a Wittgenstein y su recomendación de que aquello de lo que no sabe es mejor no hablar?
El subsidio a los combustibles no se define por el comportamiento de cierto sector social que puede utilizarlo para sus autos o piscinas, pensar de esta forma es simplemente ideología de la más burda; en realidad, el subsidio a los combustibles sostiene los costos marginales de todos los precios de la economía. Es decir, cambiar los costos de los combustibles, como lo haría la eliminación del subsidio, implicaría transformar los precios relativos de toda la economía. Para comprender el subsidio de a los combustibles es necesaria una visión de macroeconomía y una posición epistemológica consistente con ella. 
En términos macroeconómicos, el precio de los combustibles define el precio de la energía y, con ello, el sustento de todo costo marginal. En virtud de los efectos multiplicadores de la economía, un cambio en los precios relativos transforma la relación ingreso-gasto tanto de los hogares como de las empresas. Si añadimos la economía de los costos de transacción y de las asimetrías de la información, la eliminación de los subsidios a los combustibles, golpearía de forma directa y regresiva la relación ingreso-gasto de todos los quintiles de la población, excepto del quintil más rico, aquel que tiene piscinas y jacuzzis. Para que esta medida de la eliminación del subsidio a los combustibles sea sostenible, sería necesario incrementar el salario mínimo vital en proporción a los cambios en los precios relativos para mantener en equilibrio la relación ingreso-gasto de los hogares.
En otros términos, no hay peor política de iniquidad social que aquella que exige Basabe. Pero lo que sorprende de él, habida cuenta de su profesión de académico en ciencias políticas, es su incapacidad de comprender los efectos políticos de sus exigencias. Cualquier politólogo intuiría de las graves consecuencias para la gobernabilidad del sistema político, cualquiera menos, por supuesto, Santiago Basabe.


9 comentarios:

A las 25 de julio de 2018, 16:09 , Blogger Unknown ha dicho...

Me alegro que la academia aborde temas importantes con la seriedad que amerita. Se espera que en este debate los medios públicos y privados tomen en cuenta no sólo los análisis macro económicos, sino y esencialmente la micro economía, aquella con la que vivencia el/a ecuatoriano común. Por ello sería deseable que también los sectores populares y sociales pongan su posición.

 
A las 25 de julio de 2018, 19:32 , Blogger Unknown ha dicho...

Economista Davalos gracias por orientar con criterio e ironía este tema se los subsidios pues ahora los medios gobiernan ya no desde el estado de propaganda sino desde La presión hacia el Estado.

 
A las 28 de julio de 2018, 17:03 , Blogger Unknown ha dicho...

La desestimación o la supresión de los subsidios en los combustibles significan un incremento en la producción de bienes y servicios, cuyo efecto directo inmediato es una disminución de la capacidad adquisitiva del salario. Los neoliberales piensan que con una cuota luego de un estudio para cada hogar que utiliza el gas ya es suficiente, además piensan que los pobres no tiene vehículos, lo dijeron ya a través de los medios de comunicación y por lo tanto no se van a afectar. Pues está claro que los organismos bilaterales están interviniendo directamente en el cambio de la política económica que bajo condiciones estrictas impuestas, apoyarán con créditos que cubran en primer lugar el déficit fiscal y en segundo lugar la inversión para el desarrollo productivo ya que el ¨modelo seudosocialista¨ impuesto por Correa es ¨demagógico sin pies ni cabeza¨. La pregunta que cabe es ¿Como corregirán la economía que garantice la inversión capitalista para alcanzar el desarrollo productivo (mejoramiento del empleo y de los ingresos)y cuál es la base o el sector que lo van a intervenir? Supongo que al subir el costo de la energía todas las clases sociales serán afectadas, y habrá que recurrir a devolver el poder adquisitivo a todas las clases y sectores sociales para que la producción capitalista se realice en el mercado! Muy complejo en este estadio de situaciones en el que nos encontramos!

 
A las 29 de julio de 2018, 21:53 , Blogger Odotipo ha dicho...

Economista Dávalos,

Es una pena que para usted la economía sea una posición de ideologías, en la que, en su caso particular, lo peor es el neoliberalismo. Tenemos que dejar esas posturas radicales y darnos cuenta que cuando hay que pagar el gasto público hay que mirar en todas las direcciones y eso incluye repensar los subsidios, concesionar empresas públicas ineficientes que generan pérdidas e impulsó a la empresa privada.
He visto que usted tiene un estigma contra los empresarios, pero cuando no se ha pagado nunca una nómina, aportes al iess, impuestos y obligaciones laborales, es muy fácil hablar de economía y criticar a los empresarios que damos trabajo.
Llegará el día que se darán cuenta que la empresa privada es la única que puede sustentar las economía y generar trabajo.
Saludos Cordiales

 
A las 5 de agosto de 2018, 10:45 , Blogger PORQUE ASI ha dicho...

Odotipo. Lea un poco, informese y reconozca su ideologia neoliberal.

 
A las 19 de agosto de 2018, 7:21 , Blogger Odotipo ha dicho...

Pablo,

Sólo leyendo su contestación me doy cuenta lo poco profesional y poco educado que es. No volveré a escribir nada en su blog.

 
A las 19 de noviembre de 2018, 9:09 , Blogger Unknown ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 
A las 19 de noviembre de 2018, 9:14 , Blogger Unknown ha dicho...

Estimado Profesor Pablo, concuerdo con su crítica acerca de la irresponsabilidad y superficialidad con la que se ha manejado el tema. No solo desde lo que dice el profesor Besabe, me da la impresión de que los partidos políticos, incluyendo los de izquierda no poseen análisis serios sobre el tema, y lo abordan a punta de consignas. Me pare muy oportuno que usted aborde el tema.

Por ese motivo, tengo algunas preguntas que me gustaría plantearle al respecto:
- ¿No existe una sútil linea entre el subsidio que incentiva (sea la competitividad, sea la re-distribución del ingreso) y el subsidio que promueve un estado clientelar?, ¿es este en realidad un subsidio que incentiva?, ¿qué incentiva y en qué medida lo hace?, de lo poco que conozco sobre política social universal, y por vivir en la provincia de Loja, donde muchas personas se dedican al contrabando y que es una de la que mayor desigualdad en la distribución del ingreso presenta, me da la impresión de que es muy poco eficaz en sus efectos redistributivos. Le agradecería mucho si tiene datos empíricos que ayuden a mejorar la comprensión de este aspecto.

Por otra parte, volviendo nuevamente a la cuestión de redistribución, ¿cuántos millones de dólares pierde el Estado por motivo de contrabando de combustible subsidiado hacia los vecinos países?, ¿la cantidad perdida cada año, sus efectos tanto de distribución (redes que se hacen con los beneficios por la diferencia de precios), como institucionales (corrupción, cooptación, rentismo) no son suficientes como para cuestionar la política de subsisdios y repensarla?, ¿qué tal si ese dinero sirviera para crear una renta universal, o aumentar el BDH, o directamente estimular a sectores estratégicos como el alimentario o el educativo, por ejemplo?.

Saludos cordiales

 
A las 14 de enero de 2019, 10:54 , Blogger Pablo Zambrano Ponton ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 

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