Análisis a la metodología para el cálculo de las tasas de interés por parte del BancoCentral del Ecuado
Análisis a la metodología para el cálculo de las tasas de interés por parte del BancoCentral del Ecuador
Pablo Dávalos
Los cambios normativos de las recientes reformas al Código Orgánico Monetario y Financiero.-
En abril del año 2021 la Asamblea Nacional aprobó las reformas al Código Orgánico Monetario y Financiero, en la ley denominada Defensa de la Dolarización, y establecida en acuerdo a las condicionalidades del Fondo Monetario Internacional en su acuerdo de crédito suscrito el mes de septiembre del año 2020. En esta ley puede resaltarse el nuevo marco de gobernanza institucional para el Banco Central del Ecuador, en virtud del cual esta institución se autonomiza del gobierno central. En ese sentido, se elimina la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, presidida hasta ese entonces por el ente rector de las finanzas públicas, por dos nueva juntas, monetaria y financiera, sin ninguna relación con el poder ejecutivo.
Las ley otorga una gran margen de maniobra a las dos nuevas juntas de política y regulación tanto monetaria como financiera, y les atribuye la capacidad de dictar políticas, establecer regulaciones y la capacidad de supervisión macroprudencial. Dentro de esas atribuciones consta la capacidad de definir los límites y modalidades para las tasas de interés. La Ley para la Defensa de la Dolarización, en efecto, establece en su artículo 130 lo siguiente:
“130.- Tasas de interés.El Banco Central del Ecuador establecerá el sistema de tasas de interés para las operaciones activas y pasivas del sistema financiero nacional y las demás tasas requeridas por la ley. Se prohíbe el anatocismo”.
El 28 de octubre de 2021, el Presidente de la República, Guillermo Lasso Mendoza, envió a la Asamblea Nacional, el proyecto de ley con el carácter de económico urgente: “Ley Orgánica para el Desarrollo Económico y Sostenibilidad Fiscal tras la Pandemia Covid-19”, que entró en vigencia en el Tercer Suplemento N. 587 del Registro Oficial con fecha 29 de noviembre de 2021. En esta ley se establece lo siguiente:
Artículo 192En el artículo 130 del Libro I, agréguese como inciso segundo el siguiente texto:
“A requerimiento de las entidades financieras públicas, la Junta de Política y Regulación Financiera establecerá una tasa de interés máxima especial para créditos de interés social al segmento microcrédito”.
Las reformas también plantean nuevos requerimientos de patrimonio técnico secundario para las cooperativas de ahorro y crédito y, además, elimina, en la Ley para la Defensa de la Dolarización, el artículo 458 del Libro I del Código Monetario y Financiero la disposición que establecía que la regulación en función del acompañamiento al segmento 5 de la EPS.
Al momento, la metodología de cálculo de las tasas de interés por segmentos consta en la Resolución No. 676-2021-F de la ex Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, expedida el 27 de agosto de 2021.
La nueva metodología para el cálculo de las tasas de interés
Con el apoyo del Banco Mundial, el Banco Central del Ecuador, a través de la Subgerencia de Programación y Regulación, de la Dirección Nacional de Síntesis Macroeconómica, y la Dirección Nacional de Programación y Regulación Monetaria y Financiera, elaboraron una Nota Técnica en diciembre de 2021, que establece la metodología para el cálculo de las tasas de interés.
En resumen, esta metodología establece cuatro parámetros que definen el cálculo para las tasas de interés activas para todo el sistema financiero nacional, que incluye también a las cooperativas de ahorro y crédito de la economía popular y solidaria hasta el segmento tres:
1. Costos de fondeo (X1);
2. Costos de riesgo de crédito (X2);
3. Costos Operativos (X3); y,
4. Costos de Capital (X4).
La fórmula de cálculo de las tasas de interés activas referenciales excluye la banca pública, y los créditos de interés social en vivienda y en educación. La definición establecida por esta metodología es la siguiente:
Tasa de Interés Activa Efectiva Máxima. - Corresponderá a la suma de los componentes de costo de fondeo, gastos operativos, riesgo de crédito y costo de capital; más la suma de hasta dos desviaciones estándar calculadas a partir de la serie de las tasas activas referenciales de cada segmento de crédito
Y se define a través de la siguiente fórmula:
Ti = a((X1)i+ (X2)j +(X3)i+ (X4)j)
En donde Tes la tasa de interés activa efectiva máxima por segmento, ies el segmento y jes la cartera; y aes el parámetro de una media móvil para doce meses, con un rezago de un mes (t-1).
La definición de esta metodología es problemática para todo el sistema financiero y, en especial, para el sistema de cooperativas de ahorro y crédito, porque no considera las diferencias de economía de escala dentro de las instituciones financieras, las pone dentro un mismo esquema de fondeo, gastos operativos y costos de transacción, y añade el riesgo país como prima de riesgo lo que provoca un escenario de vulnerabilidad sistémica para todo el sistema financiero y, sobre todo, para las cooperativas de ahorro y crédito de la EPS. La metodología planteada incorpora, en efecto, hasta el segmento 3 de las cooperativas de ahorro y crédito de la EPS.
El Banco Central del Ecuador no realiza ningún análisis técnico de los efectos multiplicadores y de retroalimentación entre cada uno de estos componentes. Su visión es de estricta matemática financiera sin análisis alguno de las consecuencias macroeconómicas de cada uno de esos componentes ni de la forma que tienen ellos de relacionarse entre sí. Si la ecuación de contabilidad se transforma en una ecuación diferencial, por ejemplo, se alteraría toda la propuesta metodológica del Banco Central del Ecuador. Pero ese escenario no existe en esta propuesta.
Un análisis de la nueva propuesta metodológica de las tasas de interés
Un primer aspecto que llama la atención en el documento del Banco Central sobre la metodología de las tasas de interés activas es que no hace referencia alguna a la importancia que tiene la tasa de interés activa para toda la macroeconomía.
Se entiende por macroeconomía la interrelación de los siguientes agregados económicos: la función consumo, la función inversión, la política fiscal, la política monetaria y la balanza de pagos. Cada una de estas funciones contiene variables que se interrelacionan entre sí y que generan efectos multiplicadores sobre el conjunto de la economía.
En consecuencia, el análisis sobre las tasas de interés implica y supone, por definición, el comportamiento de la economía en su conjunto. En ese análisis, uno de los conceptos más importantes es la relación de las tasas de interés activas con la inversión (tanto pública como privada), con el empleo-ingreso, con el consumo agregado, y con la preferencia por la liquidez. Justamente por eso, la teoría económica considera que la tasa de interés activa es algo más que el precio del dinero o el costo del capital, en realidad, la tasa de interés expresa el precio por la renuncia de la liquidez dentro de una dinámica intertemporal.
Esto significa que la tasa de interés activa regula la preferencia por la liquidez de toda la economía, por lo tanto, tiene relación directa con las variables monetarias, con la variables financieras, y con la relación ahorro-inversión de toda la sociedad.
Por ello, uno de los aspectos de una política económica de reactivación es la de disminuir la tasa de interés, porque de esta forma se estimula la inversión y, a través de ella, el empleo y el ingreso de los hogares, que se convierte en el consumo y en el ingreso de las empresas. Otro aspecto es que las políticas de tasas de interés deben evitar los comportamientos especulativos. Por ello, las tasas de interés son uno de los indicadores y, al mismo tiempo, uno de los instrumentos más importantes de la política monetaria.
La calibración de las tasas de interés en una economía la hace el Banco Central y permite la asignación y reasignación de recursos monetarios de tal manera que permitan el incremento de la inversión, desestimulen los comportamientos especulativos, y permitan, al mismo tiempo, el crecimiento económico. La política monetaria y financiera se vinculan entre ellas y deben evitar que el exceso de liquidez produzca o comportamientos oportunistas que deriven en especulación financiera, o que incidan en la inflación. Por ello, todas las autoridades monetarias del mundo manejan con mucha prudencia las tasas de interés, porque de su manejo, depende el crecimiento económico.
Ahora bien, la propuesta elaborada por el Banco Central del Ecuador carece de estos fundamentos macroeconómicos para definir la tasa de interés. Como no existe ninguna referencia ni análisis macroeconómico sobre la tasa de interés, el cálculo que propone el Banco Central del Ecuador, se convierte en una aritmética contable, o en matemáticas financieras, que no tienen relación alguna con la reactivación productiva o la regulación de los procesos ahorro-inversión nacionales.
Es por ello que los cálculos que arroja la metodología de las tasas de interés, expresan los siguientes resultados según el Banco Central:
Como puede apreciarse, las matemáticas financieras generan un sistema de tasas de interés que hacen imposible la reactivación económica y que plantean un diferencial enorme entre el costo del fondeo, como lo llaman, y la tasa de interés que deben pagar los usuarios y clientes del sistema financiero.
Los costos de fondeo
En el siguiente gráfico puede apreciarse la distancia que esta metodología establece entre el costo del fondeo con respecto a la tasa de interés efectiva real, con datos del Banco Central a diciembre de 2021:
Ilustración1Comparativo entre el costo de fondeo y la tasa de interés efectiva
Como puede verse del gráfico anterior, no existe una correlación coherente entre el costo del fondeo y la tasa de interés que deben pagar los usuarios y clientes del sistema financiero. En el caso del microcrédito esa relación es de 20 puntos porcentuales lo que en términos macroeconómicos es un despropósito.
De otra parte, no se hace ninguna relación a las asimetrías de fondeo que existen entre el sistema de cooperativas de ahorro y crédito de la economía popular y solidaria, y el sistema de bancos privados. La tasa de interés pasiva que pagan los bancos privados es menor que la tasa que pagan las cooperativas. Al no existir esa relación no existe un análisis de la tasa pasiva y del spread entre tasas pasivas y tasas activas. Si no existe ese análisis tampoco existe una consideración entre la relación ahorro-inversión. El costo de fondeo que debería estar asociado al ahorro interno, se convierte en una relación de contabilidad financiera entre los diferentes componentes de cartera de la actividad bancaria. Esto se debe a que no existe el concepto de ahorro interno en la metodología establecida por el Banco Central del Ecuador.
Los costos operativos
De otra parte, el concepto de costos operativos abarca: sueldos, remuneraciones, honorarios, pago de servicios básicos, amortizaciones, depreciaciones, mantenimiento de inmobiliario y equipos, aportes al COSEDE, movilización, fletes y embalajes, gastos en publicidad y propaganda, pago de impuestos, contribuciones y multas, entre otros.
La forma de cálculo de este costo se sustenta en las mismas cuentas de contabilidad del sistema financiero privado. Es decir, se toma como referencia el mismo costo que los bancos registran en sus créditos sin ningún criterio de eficiencia o de indicadores financieros de eficiencia.
El resultado es una tautología contable; es decir, se extrae un costo de los mismos costos de una industria que no es eficiente y que genera muchos costos de transacción a los usuarios del sistema, justamente porque no es eficiente, y se recarga esa ineficiencia, como componente estructural, al cálculo de la tasa de interés.
En efecto, para el cálculo de los costos operativos se toma en consideración la cuenta No. 5 (ingresos totales), la cuenta No. 45 (gastos de operación totales) y la cuenta No. 5104 (intereses y descuentos de cartera de crédito), del sistema de contabilidad bancaria definido por la superintendencia de bancos. El problema es que se toman estas cuentas para calcular los costos operativos dentro del mismo sistema, es decir, dentro de las mismas instituciones. Esto conlleva a considerar que un banco privado que tiene una cartera de crédito productivo, de consumo, y de microcrédito, realiza cada una de esas operaciones de forma separada y con costos aislados y autónomos para cada operación de crédito; como si el banco privado se dividiese en tres bancos independientes en sí mismos. En otros términos, el banco tiene costos operativos (sueldos, honorarios, infraestructura, impuestos, aportes al COSEDE, publicidad, etc.), para la cartera de créditos productivos. Estos costos operativos, en la metodología del Banco Central, se replican para el caso de la cartera de consumo, y así para la cartera de microcrédito, lo cual, obviamente, es un absurdo.
En efecto, todas las operaciones de crédito se realizan en el mismo banco, con la misma infraestructura, con los mismos costos administrativos, y bajo la misma estructura tributaria a la que está sometida la actividad bancaria. El banco ha articulado economías de escala y parámetros internos de especialización para cada una de las operaciones de crédito en función de su eficiencia interna. Los costos operativos son, por tanto, los mismos para todo el sistema y para todo el banco. El pago de electricidad, por ejemplo, es para todo el banco, y no se diferencia solo para las operaciones de cartera productiva con respecto de aquellas de consumo o microcrédito. El gasto administrativo es para todos los funcionarios del banco, no solo para aquellos que gestionan la cartera de consumo, o de microcrédito. El gasto en publicidad es para todas las actividades del banco. Quienes administran el banco tratan de igualar y compensar los costos de un tipo de gestión de cartera con otros, pero dentro de un mismo proceso. Las especificaciones de cartera se hacen dentro de la misma cartera no como un proceso global del banco. De ahí que considerar los costos operativos de forma segmentada, es decir, como costos inherentes al manejo de cada cartera, como lo hace el Banco Central del Ecuador, es un despropósito contable y un absurdo económico.
Si bien es cierto que la metodología define la cartera promedio como ponderador, también es cierto que la utilización de los mismos costos de operación para cada uno de los segmentos (productivo, consumo y microcrédito), es redundante y recarga los costos en los segmentos en los cuales el sistema considera no rentables, básicamente, el microcrédito.
Así, el costo operativo, al ser redundante y tautológico, traslada hacia la tasa de interés, es decir, sobre toda la economía, las ineficiencias del sistema, y genera una renta sobre la tasa de interés sobre esas ineficiencias. El Banco Central del Ecuador es cómplice de una gestión ineficiente y trata de compensar esas ineficiencias descargándolas a los clientes del sistema.
Costos de riesgo de crédito
El riesgo es una de las variables de la actividad bancaria. Es una variable endógena a la intermediación financiera y bancaria. Precisamente para tratar de contener dentro de parámetros de certidumbre básicos, la industria financiera a nivel mundial ha desarrollado una serie de instrumentos y productos financieros para la gestión del riesgo, un ejemplo de ello son los derivados financieros, que son una especie de seguros de riesgo sobre todo tipo de actividades económicas que toman el valor del activo subyacente que sirve para determinar ese seguro, sin que, además, sea considerado strictu sensu como un seguro de riesgo, de ahí que se denominen derivados financieros. Las metodologías para calcular el riesgo son muy complejas y tienen un desarrollo importante a partir del modelo Black-Scholes.
La industria financiera internacional trabaja con el riesgo y sabe que existe un prestamista de última instancia en circunstancias en las cuales el riesgo pueda afectar a la industria financiera, como sucedió, por ejemplo, con la crisis de los créditos asociados a las hipotecas subprime en el año 2008. En el caso mundial, además, actúa como prestamista de última instancia, el mismo FMI.
En consecuencia, la actividad financiera y bancaria, deben aprender a manejar el riesgo, porque se trata de una variable endógena a la misma intermediación financiera. Por eso a nivel internacional las tasas de interés son relativamente bajas, mientras que existe una enorme diversidad de instrumentos y productos financieros que las empresas pueden utilizar en operaciones vis-à-vis y en transacciones sobre el mostrador (el mercado mundial OTC), como mecanismos de gestión de riesgo.
Sin embargo, el Banco Central del Ecuador, a contrapunto de toda la industria financiera mundial, externaliza el riesgo hacia los usuarios, clientes y toda la economía. Esa externalización se produce cuando añade un componente específico de costos de riesgo a la tasa de interés. De esta manera, impide que el sector financiero nacional tenga la necesidad de diversificación y de aprender a manejar el riesgo como una variable endógena a su propia industria.
El Banco Central del Ecuador propone que el costo de riesgo se calcule a través del gasto de provisiones y el promedio de la cartera de crédito por vencer. Esta forma de cálculo genera indicadores que sobrepasan la morosidad del sistema en su conjunto, así el riesgo por segmento de cartera de crédito sería: 1,99% para el segmento productivo, 3,36% para el segmento de consumo y 7,31% para el segmento del microcrédito, que es mayor a los índices de morosidad para cada uno de esos segmentos.
Se impone una inquietud: ¿por qué los clientes del sistema financiero tienen que asumir la gestión de riesgo que es una variable propia de la actividad financiera? Recargar el riesgo al cliente y, por tanto, a la economía en su conjunto, libera al sistema financiero de cualquier estímulo a la innovación, a la especialización, a la diversificación y a la búsqueda de productos alternativos que permitan distribuir de forma adecuada el riesgo. Los condena a la ineficiencia. Les impide la creatividad. Genera una externalidad positiva para los bancos pero negativa para la economía.
El Banco Central del Ecuador asume una posición paternalista y hasta cierto punto corporativa con respecto a los bancos privados. Trata de protegerlos de su propia actividad. Traslada hacia la sociedad las consecuencias de una actividad que debería ser asumida desde los propios bancos privados.
Los costos de capital
La metodología del Banco Central asocia este costo de capital con la rentabilidad esperada de los bancos y sociedades financieras privadas. Sin embargo, vincula esta rentabilidad esperada con tres circunstancias: (i) el ciclo macroeconómico; (ii) la estabilidad económica; y, (iii) el riesgo. Para el Banco Central del Ecuador, el indicador que resume estas tres circunstancias es el Riesgo-Paísmedido por el indicador EMBI (Emerging Markets Bonds Index).
El Banco Central del Ecuador considera al riesgo-país medido por el EMBI, como una “tasa mínima de rendimiento requerida por los mercados internacionales”. Adicionalmente, el Banco Central considera que la rentabilidad esperada debe ser neta, es decir, descontada de la inflación.
Ahora bien, la metodología del EMBI fue desarrollada por J.P. Morgan para calificar la emisión de bonos Brady en 1992 y asociada a la crisis de la deuda, en especial, de los países latinoamericanos. La metodología de los EMBI, sustentada en lo que J.P.Morgan denomina los “fundamentales” a las variables claves de una economía en un país que ellos denominan “emergente”, sirve para ponderar el riesgo de impago entre el bono emitido por cualquier país emergente versus un bono emitido por la Reserva Federal Americana (FED). El EMBI es un valor de referencia para la tasa de interés de los bonos soberanos que emiten las economías emergentes, y sirve como baremo para las operaciones especulativas en los mercados secundarios de deuda pública.
¿El EMBI sirve como referencia para medir el ciclo macroeconómico de un país? La respuesta es que el EMBI utiliza los fundamentales de una economía, es decir no hace un análisis macroeconómico del país, como referencia de una posible situación de impago o default. Es una especie de central de riesgo que mide la capacidad de pago de un cliente determinado de forma independiente de sus posibilidades económicas y de su situación personal presente y futura, con la diferencia que la economía especulativa mundial ha desarrollado instrumentos de especulación incluso en circunstancias de default, los denominados CDS (Credit Defautl Swaps), que protegen a los especuladores incluso de un posible impago de deuda soberana.
Entonces, relacionar el ciclo macroeconómico con el EMBI es aventurado, improcedente y no tiene nada que ver con el análisis macroeconómico. El EMBI es un indicador de especulación financiera. Su relación con el sistema bancario revelaría más bien que los bancos privados son tenedores de deuda externa pública y que especulan con esos bonos de deuda pública. Es decir, utilizarían el ahorro interno para especular en contra del propio país, algo que las leyes no lo permiten.
El concepto de “estabilidad económica”, de otra parte, es contradictorio. La Constitución del Ecuador establece en su numeral 7 del artículo 284 que la estabilidad es el máximo nivel de producción y empleo sostenibles en el tiempo. Sin embargo, el FMI y con él J.P. Morgan y todas las calificadoras de riesgo, consideran que la estabilidad económica debe caracterizarse por mínimos niveles de déficit fiscal o, más bien, posiciones de superávit fiscal primario. ¿Por qué superávit fiscal primario? Porque eso significaría que el gobierno ha realizado ahorros fiscales importantes y dispone de liquidez inmediata para garantizar el pago de la deuda externa. Es por ello que los programas de ajuste económico del FMI siempre van de la mano con disminución del EMBI. A más ajuste fiscal, es decir, a mayor reducción del tamaño del Estado, mejores posiciones del EMBI.
Entonces, la vinculación que hace el Banco Central del costo de capital con el EMBI tiene que ver también con la relación a los programas de ajuste suscritos con el FMI.
¿Mide el riesgo de una economía el EMBI? La respuesta es que no lo mide. Aquello que expresa el EMBI es la probabilidad de default en el pago de la deuda externa emitida en bonos soberanos. Si el EMBI, entonces, no mide el ciclo económico, tampoco la estabilidad económica, al menos en el sentido establecido por la Constitución del Ecuador, ni tampoco el riesgo de la actividad financiera (que ya consta en el costo de riesgo), ¿por qué el Banco Central del Ecuador lo utiliza como baremo para definir el costo de la tasa activa de interés?
Una posible respuesta estaría en el hecho que el Banco Central del Ecuador considera a la banca privada no solo como intermediación financiera entre el ahorro y la inversión, sino como una actividad especulativa y vinculada a los mercados financieros especulativos internacionales. El Banco Central del Ecuador, de esta manera, vincula el posible rendimiento de la banca privada, con el rendimiento de los especuladores financieros internacionales.
Incorporar el EMBI a la tasa de interés activa interna del país es abrir la puerta para la volatilidad económica. Es crear todas las condiciones para una crisis sistémica. Es sujetar la actividad económica interna a las decisiones y expectativas de los mercados financieros internacionales.
En un contexto en el cual la volatilidad de los precios del petróleo, por ejemplo, conduzcan inmediatamente a un escenario pesimista sobre la balanza de pagos, inmediatamente el EMBI se dispararía y, con ello, dispararía las tasas activas de interés en la economía nacional. Los créditos se habrían encarecido de manera abrupta y generarían problemas en la ecuación ingreso-gasto tanto de hogares como de empresas. Eso implicaría situaciones de impago que dispararían en cambio el componente de costo de riesgo y retroalimentarían el incremento de la tasa activa de interés.
Otro escenario podría suscitarse desde las señales emitidas por el sistema político. Si no pueden aprobarse las reformas neoliberales condicionadas por el FMI por impasses dentro del sistema político, eso inmediatamente dispararía el EMBI y provocaría incrementos de las tasas de interés. Esos incrementos se retroalimentarían por el costo de riesgo. El país podría entrar en un ambiente de recesión que provocaría más incrementos en el EMBI y en la tasa de interés.
Sin embargo, lo curioso es que el Banco Central asume una posición en contra del país porque no solo que incorpora el EMBI sino que trata de proteger la rentabilidad de los bancos privados de cualquier erosión inflacionaria. El componente de costos de capital es en términos netos. De tal manera que traslada hacia la sociedad todo tipo de externalidad. La economía nacional puede estar sometida al riesgo de la inflación en dólares, pero no el sistema bancario privado. Se trata de una posición totalmente corporativa asumida por el Banco Central del Ecuador, que pone en riesgo a toda la economía y, por tanto, a toda la sociedad.
Afectaciones sobre la economía nacional
La metodología propuesta por el Banco Central del Ecuador para las tasas activas de interés, tendrían, al menos, los siguientes efectos macroeconómicos:
Efectos sobre la inversión y el empleo.- En virtud que la relación entre tasa de interés activa y la inversión medida en valor presente neto es negativa, todo incremento de la tasa de interés reduce el valor neto de la inversión. Por intermedio de los efectos multiplicadores, el incremento de la tasa de interés reduce la inversión y esto reduce el empleo. Si el ingreso es una función positiva del empleo, la reducción del empleo significa una reducción del ingreso. Si el ingreso de los hogares son las ventas de las empresas, entonces se reducirían también los ingresos de las empresas. En consecuencia, el costo de la tasa de interés activa tiene repercusiones directas sobre la inversión, el empleo y el ingreso. La metodología de cálculo de las tasas de interés activas por parte del Banco Central del Ecuador, conducen a un escenario de altas tasas de interés, que desestimularían la inversión y que, por tanto, retrasarían la creación de empleo. Sin empleo, no hay ingresos y sin ingresos no hay demanda efectiva y las empresas acumulan stocks y los fabricantes reducen la producción. El escenario es recesivo.
Efectos sobre la balanza de pagos.-La economía ecuatoriana es dolarizada por lo que existe una fuerte tendencia al consumo habida cuenta de la fortaleza en capacidad adquisitiva que tiene el dólar americano. Pero la recesión disminuye el ingreso y, en consecuencia, la capacidad productiva de las empresas ecuatorianas. No obstante, los volúmenes de remesas de migrantes y la facilidad de deuda para consumo que genera altas tasas de rendimiento para los bancos, estimulan el consumo interno que se resuelve vía importación de bienes de consumo. Esto presiona a la balanza de pagos. El gobierno para cubrir sus posiciones de liquidez tiene que recurrir a mayores niveles de deuda pública. Esos niveles de deuda pública se califican vía EMBI. Para mantener un EMBI relativamente bajo y estable el gobierno tiene que acumular ahorros fiscales y disminuir el déficit fiscal. El gobierno reduce el gasto público por la vía de eliminación de nómina pública y reducción de inversión pública. Eso retroalimenta el escenario de recesión. Los bancos privados, a pesar del ambiente de recesión, mantienen y elevan su rentabilidad por el alto costo de la tasa de interés activa para el consumo y porque están blindados ante el riesgo. Sus decisiones de arbitraje del ahorro interno se trasladan más que a la producción hacia el consumo de bienes importados. La recesión se retroalimenta. La economía se desindustrializa y tiende hacia las rentas primarias.
Efectos sobre la preferencia sobre la liquidez.-Los bancos no desarrollan productos de innovación financiera que permita arbitrar la relación ahorro-inversión hacia nuevos productos financieros porque no tienen estímulo para hacerlo, en virtud que la tasa de interés cubre sus rentabilidades, su riesgo y sus altos costos de operación. Los mercados de renta variable son muy pocos y no existen productos financieros innovadores. La preferencia por la liquidez solo tiene dos opciones: o el consumo interno o la fuga de capitales. Las altas tasas de interés provocan, por tanto, la fuga de capitales. La balanza de pagos se debilita y tiene que ser compensada vía endeudamiento. Es necesario recordar que la dolarización es una función de la balanza de pagos.
Efectos sobre la inflación.-Las altas tasas de interés provocadas por la sumatoria de componentes inconexos entre sí y que propenden a la ineficiencia del sistema, encarecen la producción y la importación. Se añade un componente inflacionario al dólar que proviene directamente desde las altas tasas de interés. Este componente inflacionario se resuelve vía demanda agregada interna, por la reducción de la capacidad de consumo, en especial, de los trabajadores. La débil demanda agregada interna impide que la inflación se desarrolle. Así, el contexto recesivo de la economía se convierte en una condición para evitar el crecimiento de la inflación. Sobre este escenario los bancos no tienen problema si la inflación sube porque su rentabilidad está asegurada de antemano. Si la inflación sube, se incrementa también la tasa de interés y se acentúa la recesión.
Efectos sobre los costos de transacción y asimetrías de información.-La metodología del Banco Central del Ecuador descarga sobre la sociedad y la economía los altos costos de transacción de la actividad financiera e impide mecanismos más eficaces y más transparentes para la intermediación ahorro-inversión. La privatización de la información personal en los burós de crédito, y la falta de defensa de los derechos ciudadanos como consumidores del sistema financiero, dejan en indefensión a los clientes del sistema bancario privado. Hay una asimetría de información entre el cliente y el banco privado. El banco privado conoce la capacidad financiera de sus clientes, pero ellos no conocen los costos de transacción de su banco. Las altas tasas de interés castigan directamente a los clientes porque cualquier incumplimiento se sanciona con costos de transacción que no son proporcionales al incumplimiento. Hay una asimetría fundamental entre las sanciones a los clientes y la capacidad discrecional de los bancos para imponerlas que afectan incluso a los derechos civiles y económicos de los clientes del sistema bancario. Esas asimetrías se expanden, consolidan y aseguran a partir de las altas tasas de interés.
Conclusiones
La metodología de cálculo es redundante, tautológica y se convierte en una seria amenaza económica porque:
(i) La metodología de cálculo de tasas activas de interés realizada por el Banco Central del Ecuador (con apoyo del Banco Mundial y el soporte del FMI) adiciona de manera discrecional, asimétrica, puramente contable y sin ningún criterio de eficiencia financiera y repercusión macroeconómica las variables de: (a) costos de fondeo, (b) costos de riesgos, (c) costos de operación y (d) costos de capital;
(ii) Las variables que utiliza el Banco Central para su metodología de tasas activas de interés, en realidad, se repiten a sí mismas, como por ejemplo la variable gastos de operación se repite en aquella de costos de fondeo; la variable costos de riesgos se repite con aquella de costos de capital; la variable de costos de capital (que incluye la variable riesgo país), se repite con aquella costos de riesgos y costos de operación. Esto recarga de manera desproporcionada el costo de la tasa de interés activa;
No establece ninguna relación de retroalimentación entre cada una de sus variables. Es decir habría que pasar de una relación de matemática financiera expresada por la fórmula
Ti = a((X1)i+ (X2)j +(X3)i+ (X4)j)),
hacia una mayor complejidad que puede expresarse en una nueva fórmula de cálculo expresada por la siguiente ecuación diferencial:
Ti = Ti((X1)i, (X2)j, (X3)i, (X4)j)a
(iii) La metodología del cálculo de tasas de interés por parte del Banco Central no tiene ningún enfoque de los procesos ahorro-inversión y, precisamente por ello, no tiene ningún concepto de tasa pasiva (tasa de ahorros) ni de spread bancario-financiero;
(iv) Genera asimetrías de escala entre segmentos y cartera, así como entre actores del mismo segmento, porque no considera los procesos de concentración y dominancia de mercado de los grandes bancos. Por eso, los grandes bancos tienen mayor economía de escala que los medianos y pequeños, y pueden utilizar la metodología del Banco Central para conseguir mayores diferenciales de escala y obtener más control de mercado; es decir, la metodología favorece a los grandes bancos del sistema financiero privado porque les ayuda a consolidar su posición de dominio de mercado (en especial al Banco del Pichincha, Banco de Guayaquil y Produbanco);
(v) Esta metodología genera asimetrías importantes entre el sistema bancario privado y las cooperativas de ahorro y crédito (COACs) del sistema de la Economía Popular y Solidaria (EPS). Por definición, los costos de fondeo de las COACs de la EPS, son mayores que aquellos de los bancos privados. Con las nuevas metodologías de tasas activas de interés, se homologa dentro de una misma actividad a sectores diferentes y que, además, tienen marcos jurídicos diferentes;
(vi) Genera un ambiente de riesgo sistémico porque incorpora la variable “riesgo país”, medida a través del indicador EMBI creado y desarrollado por la J.P. Morgan, y que solo tiene relación con la calificación para la emisión de títulos soberanos de la deuda externa en los mercados financieros internacionales de capital, como una variable interna para la definición y estructura de la tasa de interés. De esta manera, añade un riesgo, innecesario por lo demás, de especulación financiera internacional dentro del mercado interno de tasas de interés;
(vii) No permite la reactivación productiva del país porque encarece el costo del crédito y contribuye a generar recesión, desempleo. Tal como está planteada la metodología no hay posibilidad alguna para esa reactivación;
(viii) El Banco Central del Ecuador tiene una noción tradicional de la tasa de interés, y no incorpora los nuevos avances teóricos de la tasa de interés que vinculan los procesos futuros con las capacidades presentes en una relación intertemporal dinámica y en un contexto de alta innovación financiera mundial;
(ix) No permite la eficiencia del sistema financiero privado porque el costo de operación es muy alto de acuerdo a la metodología establecida por el Banco Central. En efecto, la metodología calcula costos de operación de 2,83% para el segmento productivo, 4,97% para el segmento de consumo y 6,21% para el microcrédito. Esos costos de operación impiden cualquier proceso de eficiencia en la gestión del crédito, porque en promedio, son más altos que la tasa libor internacional. De esta manera, este cálculo asegura la ineficiencia del sistema y la generación de costos de transacción para los usuarios y clientes del sistema financiero que encarecen el costo del dinero;
(x) Traslada el riesgo del crédito al conjunto de la economía, es decir, externaliza una actividad que debe ser asumida desde el mismo sector hacia el conjunto de la economía y de la sociedad. Además, es incompatible con las disposiciones jurídicas que establecen los volúmenes de reservas para gestión de morosidad e incumplimientos, porque lo añaden como un componente del costo del crédito. Esto castiga de manera indiscriminada a los buenos pagadores. Es por ello que la propia metodología establece un rango diferenciado con los clientes VIP del sistema financiero. Para ellos hay una tasa de interés preferencial que se la denomina “tasa prime” y que es 60% más barata que la tasa de interés activa referencial más baja establecida por esta metodología (la productiva-empresarial);
(xi) Añade los costos de impuestos que deben pagar las instituciones del sistema financiero, así como los costos por garantía de depósitos, a los propios usuarios del sistema financiero. De esta manera, el usuario paga por costos que deben ser asumidos directamente por el sistema financiero privado;
(xii) No tiene relación alguna con los procesos ahorro-inversión internos, ni tampoco con los procesos ahorro-inversión territoriales.
(xiii) Castiga a los que más necesitan y menos tienen como son las pequeñas, medianas y microempresas.
(xiv) Expresa las ineficiencias del sistema. Se aleja de las propuestas fintech e impide la bancarización.
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