domingo, 22 de noviembre de 2020

Ante las tergiversaciones sobre la RBU El Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa, al país

 Ante las tergiversaciones sobre la RBU

El Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa, al país

 

La pandemia del Covid-19 ha orillado a la humanidad a una situación inédita en la cual las coordenadas de lo predecible y lo establecido han dado paso a la incertidumbre y perplejidad. Instituciones como las Naciones Unidas, la Comisión Europea o el Foro de Davos, recomiendan políticas que van a contrapunto de lo que hasta hace poco se había constituido como la doxa dominante. De todas las sugerencias,  una que se convertido en una necesidad ineludible por su urgencia y pertinencia, es la Renta Básica Universal y sin condiciones. En España la han impulsado bajo el nombre de Ingreso Mínimo Vital. En Colombia como Renta Básica de Emergencia. 

La Comisión Económica para América Latina, CEPAL, además considera que los países de la región deben impulsar no solo una renta de emergencia sino incluso una renta alimenticia para evitar una crisis alimentaria, es decir, el hambre y la desnutrición. 

En Ecuador, el único marco jurídico que se ha creado para confrontar la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia es la Ley de Apoyo Humanitario, cuyo efectos son limitados, además de transitorios (se vencen, de hecho, en estos meses). 

Precisamente por ello, un grupo de expertos en política económica del Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa, con sus pares de otros países, en especial de España, han dedicado varios meses para diseñar y elaborar una propuesta de Renta Básica Universal y sin condiciones para el Ecuador. 

Luego de un trabajo de varios meses y en consulta con empresarios, tiendas de barrio, proveedores, cooperativas de ahorro y crédito, asociaciones productivas, organizaciones sociales, líderes comunitarios, entre otros, se ha logrado un texto que se resume en el Proyecto de Ley Orgánica de Renta Básica Universal y sin Condiciones para la Vida Digna

Como Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa hemos explicado esta propuesta al Presidente de la Asamblea Nacional, César Litardo, quien puso a disposición del Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa, a los técnicos de la Unidad Técnica Legislativa para afinar los detalles y que la propuesta de ley cumpla con los requisitos obligatorios de todo proyecto de ley. 

Una vez que se obtuvo el apoyo técnico legislativo, y en virtud que la Propuesta de Renta Básica hace referencia al derecho a la vida digna conforme el numeral 2 del Artículo 66 de la Constitución, y también al Artículo 341, el grupo parlamentario de Derechos Humanos de la Asamblea Nacional, presidido por Doris Solís, y con el apoyo de los grupos parlamentarios de Frontera, de derechos de los trabajadores, de Niñez y Adolescencia, de los ODS, de Género, entre otros, y luego de varias sesiones de trabajo, procedieron a dar cumplimiento lo que establece la ley y solicitar las firmas respectivas de los asambleístas para que el proyecto de ley de Renta Básica Universal pueda pasar del CAL a una de las Comisiones Legislativas Permanentes para su respectivo debate y discusión. 

El Proyecto de Ley de Renta Básica Universal y sin Condiciones para la Vida Digna, contempla una asignación de 400 dólares mensuales a un millón de jefes de hogar en condiciones de vulnerabilidad, y se respalda en instrumentos monetarios previstos en la ley y que han sido ya utilizados en oportunidades anteriores por las autoridades económicas. 

Sin embargo, hemos visto con sorpresa que la derecha política, en un acto de profunda deshonestidad y manipulación ha procedido a adscribir esta propuesta realizada por el Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa a un candidato político, Andrés Aráuz, quien nada tiene que ver con la elaboración de esta propuesta, más allá de las simpatías que haya podido mostrar por esta iniciativa y que, de hecho son compartidas por otros candidatos presidenciales (Ximena Peña, por ejemplo). 

No solo eso, sino que se han dedicado a generar pánico financiero al relacionar la Renta Básica Universal con la desdolarización de la economía. Es inentendible como un circuito tan limitado como la Renta Básica, que apenas representa el 0,8% (es decir menos del 1%) de la liquidez total de la economía, pueda poner en riesgo la dolarización. 

Tampoco se entiende como una propuesta que tienen el aval de organizaciones como Naciones Unidas, la CEPAL o el Foro de Davos, entre otros, se estigmatice con criterios que no corresponden a la realidad. El hecho que la propuesta de Renta Básica Universal tome en cuenta las recomendaciones de la OMS de evitar el uso de monedas y billetes porque pueden ser posibles vectores de transmisión del virus, y adoptar nuevos mecanismos de pagos para los intercambios, como los pagos en línea, no tienen nada que ver con la desdolarización, sino con un mínimo de responsabilidad con la salud pública de la población. Por ello, confundir los pagos en línea con emisión monetaria es rayar en el paroxismo ideológico.

La Renta Básica Universal permite que los ciudadanos tengan acceso a los alimentos básicos y que puedan pagar su conexión a internet para que los niños y adolescentes puedan acceder a sus clases virtuales y hacer sus deberes escolares, en consecuencia, es ridículo pensar que esos pagos en tiendas de barrio puedan poner en peligro a la dolarización, empero es eso justamente lo que se le dice de forma absolutamente irresponsable a la población por parte de la derecha y sus sicofantes. 

La Renta Básica Universal y sin Condiciones para la Vida Digna es una política pública para un mundo post-pandemia. Es una propuesta que necesita ser debatida, analizada, discutida de la forma más seria, rigurosa y comprometida. 

Pero la irresponsabilidad de la derecha política y sus corifeos neoliberales de desprestigiarla y acudir al pánico financiero para asustar a la población, dan cuenta de la pobreza mental, de su profunda ignorancia de los pronunciamientos de instituciones internacionales sobre las alternativas a la crisis mundial, de la mezquindad que siempre la ha caracterizado, y de la falta absoluta de escrúpulos para mentir, tergiversar y manipular. 

Estamos próximos a las elecciones, y los electores tienen ahora argumentos importantes para decidir su voto. La Renta Básica Universal puede sacar de la pobreza a un millón de personas y puede reactivar la economía en el corto plazo. Es una propuesta absolutamente plausible y necesaria para resolver la crisis sanitaria y económica. La derecha y los economistas neoliberales, en vez de asumir con responsabilidad y madurez esta propuesta y analizarla como corresponde, han demostrado más bien su contextura moral y ética al tergiversar nuestra propuesta y caricaturizarla desde su propia ideología.

 

jueves, 5 de noviembre de 2020

Sobre el neoliberalismo, la ontología política de los acontecimientos, y la inanidad de la reflexión teórica

 Reflexiones al margen (308)

Sobre el neoliberalismo, la ontología política de los acontecimientos, y la inanidad de la reflexión teórica


 

Estoy escribiendo sobre los eventos de Octubre de 2019, especialmente en Ecuador, aunque la propuesta teórica valdría también para aquello que sucedió en Chile en la misma época. La categoría de filosofía política que mejor describe a Octubre es aquella del “acontecimiento” (o “acontecimiento-verdad” en la versión de A. Badiou). La cuestión es que la referencia a esta categoría es compleja porque implica un deslizamiento al campo de la ontología y, en particular, a la ontología política. Si Octubre fue un acontecimiento-verdad, entonces fue también un evento de ontología política.


Ahora bien la reflexión que hago nace desde el mismo acontecimiento, es decir, a diferencia de una reflexión sobre un texto, esta es una re-flexión desde el hecho, desde el acontecimiento en sí mismo, de ahí su referencia a Octubre (estuve, de hecho, en la línea de fuego). Es la presencia y emergencia del acontecimiento lo que motiva esta reflexión desde la constatación de su mismo locus de nacimiento. No es, por tanto, un rayo en cielo sereno, es la confluencia de un proceso de luchas, resistencias, y repetidos ensayos tanto por resistir al poder, cuanto por enunciar y anunciar  un orden nuevo.

 

Aquello contra lo que la gente se movilizó y arriesgó incluso su vida, fue contra de un orden que tiene un discurso específico que se impone como verdad del mundo. Es el discurso del neoliberalismo. En consecuencia, el acontecimiento de Octubre tiene referencia directa al neoliberalismo como su condición de posibilidad. Sin embargo, no se trata solamente de comprender la deriva inmediata del neoliberalismo como discurso económico.


El neoliberalismo no es solo un discurso económico, político o jurídico, es mucho más que eso, es el discurso del cual emergen todas las determinaciones que definen el mundo en cuanto mundo. 

Solamente por poner un ejemplo, acabo de recibir una invitación, muy seria por lo demás, para escribir un papercientífico, en el cual tengo que trabajar con varios conceptos de E. Laclau (autor que no me gusta mucho, la verdad), sobre el populismo en Ecuador. 


Ahora bien, en esa convocatoria “académica” hay lo siguiente: “6. Market. a) Please indicate the primary market for your proyect (…) 7. Competition. Please list (…) those publications that your Project will be competing with. These might not always be direct competitors, but simply what your primary readership is using at the momento. What are the key benefits of your Project over and above thes other publications?”.


Entonces, cuando la matriz teórica, epistémica y categorial del neoliberalismo se instila incluso para la producción académica, el neoliberalismo va más allá de cualquier consideración contingente. 

En efecto, ¿cómo es posible y bajo qué lógica social puede comprenderse el hecho que un paper científico “competirá” con otras producciones teóricas? ¿Cómo concebir a un teórico social que intenta responder a un fenómeno social, que de pronto puede coincidir ese momento con mis preocupaciones también teóricas, como un competidor? ¿Hay competencia mercantil en el hecho de pensar al mundo?

  

Cuando vi estas preguntas en la convocatoria para escribir el paper, tuve una epifanía sobre la dimensión ontológica del neoliberalismo. Me sentí como un fabricante de cualquier cosa, que tiene que producir para competir en el mercado ante otros fabricantes que hacen algo parecido. Sentí una profunda humillación con respecto a la posibilidad de la creación científica y teórica, a la que había considerado siempre por fuera de toda adscripción mercantil y de competencia, por la sencilla razón que el pensamiento humano va más allá de las contingencias del mercado. Esas condiciones eran humillantes para cualquier teórico o científico social. Les demostraba que su pensamiento se había convertido en una mercancía más. Obviamente, nunca participé.

Esto me demostraba que el neoliberalismo se ha convertido en algo más allá de una ideología de mercado; en realidad define todos nuestros aspectos de la vida diaria. La forma por la cual trabajamos o no, la forma por la cual estudiamos o no. La forma por la cual nos movilizamos en nuestras ciudades, la forma por la cual gestionamos nuestros problemas sociales. La forma por la cual acometemos nuestros afectos (por ejemplo, descuidamos a quienes amamos, porque no tenemos tiempo para ellos, porque nuestras obligaciones en el mercado, cualesquiera que sean ellas, se imponen como determinaciones más esenciales que nuestros afectos). La forma por la cual cuidamos de nuestra vida, de nuestra imagen en el espejo. La forma por la cual distribuimos nuestro tiempo. Las formas por las cuales nos comunicamos así como los dispositivos que usamos. Incluso la forma de nuestro placer, está determinado por esas coordenadas que hacen del mercado el centro de lo real. 


Por eso, no se trata solo de economía, a pesar que parezca tratarse de eso, se trata de la totalidad de la vida social que se pliega a esa lógica mercantil como razón del mundo. Es en contra de todo eso que hemos salido a las calles. Las políticas de ajuste fueron un detonante en Ecuador, pero en Chile, que viven el ajuste perpetuo, no necesitaron ningún detonante para salir y protestar y cambiar al mundo. En Chile era el grito en contra de la injusticia y la corrupción convertidas en razón del mundo. A esa insurgencia que quiere ir a la raíz de los problemas, de ahí su radicalidad, la filosofía política lo denomina acontecimiento. 


Pero cuando reviso la producción teórica que al momento se realiza, en especial en América Latina, las reflexiones, análisis, referencias son sobre lo que tal autor ha dicho sobre tal otro autor o sobre tal concepto. Son glosas de glosas, en un perpetuum mobileque siempre termina donde empezó. La referencia a la vida misma, es muy tangencial. Es un supuesto diálogo con lo real pero que evita referirse a la estructura de lo real. Por eso, en los textos que leo, en la mayoría de ellos casi nunca no se menciona al neoliberalismo, a pesar que son reflexiones sobre economía, política y filosofía política. Máximo se hace referencia al liberalismo pero más como una metanarración que proviene desde la modernidad. 

Las referencias al neoliberalismo, en la teoría actual, no solo que son escasas sino casi inexistentes. Es como si este no existiese, como si la gente se desenvolviese en un cerrado mundo de categorías (la supuesta racionalidad del mundo), a las cuales no niego su pertinencia, por algo me concentro tanto en ellas para comprenderlas, pero que no tienen incidencia real en la estructura de su mundo, por eso hay ahí algo que no cuadra, algo que hace ruido. 


Quizá porque siempre he estado con el movimiento social, y siempre he pensado desde sus coordenadas, pero, aclaro, no para convertirme en teórico (intelectual orgánico los denominaba Gramsci) de ellos ni tampoco para cuadricularles su posibilidades, ni imponerles un deber-ser a su estrategia, o a sus discursos. 


Muchas veces se han equivocado y yo con ellos. Muchas veces lo que he pensado ha sido a contracorriente de los propios movimientos sociales, sobre todo en contextos electorales, básicamente por las trampas del liberalismo. Pero siempre he pensado desde ahí. No me he ubicado por fuera de ellos. Por eso, cuando leo textos tan académicos, tan llenos de referencias teóricas y al mismo tiempo tan vacíos de historia, de vida, de conflicto, de trinchera, comprendo una praxis que no se hace problema en hablar del populismo (por poner un ejemplo) y, al mismo tiempo, suscribir la ideología del otro (investigador) como competencia, como enemigo. 


Es por eso que trato de empatar varias cosas, no solo una reflexión sobre determinados conceptos, sino su adecuación a la experiencia misma, a la vida, a la resistencia, al movimiento social. Si opto por la ontología política para comprender Octubre, es porque considero que aquello que hacen los movimientos sociales cambia al mundo, y el mundo no está definido, establecido ya de antemano y de por sí, sino que es aquello que debe disputarse milímetro a milímetro. 


Lo que hay que cambiar, por tanto es el mundo, y lo que hay que explicar es precisamente la noción de mundo. ¿Qué es el mundo? ¿Cómo se estructura, cómo se define? Se trata de comprenderlo para poder cambiarlo (Tesis 11, para variar). Por eso precisamente la apelación a la ontología, con lo complejo que es ese campo teórico, con todas sus particularidades, con todos sus puntos ya establecidos, para comprender a Octubre, para entender al movimiento indígena, al movimiento social. La resistencia es un proceso de ontología política porque lo que la resistencia pretende es cambiar al mundo, porque resistir es re-existir. Es luchar con todo tesón por otro mundo posible.


No sé si será mejor o peor, pero sí sé que será diferente. Y que el mundo no se cambia ni por decreto ni por ningún proceso de ingeniería social (y, vale aclarar, por elecciones). No se lo cambia con ideas preconcebidas de lo que podemos creer que será mejor para todos, porque ya estamos bastante curtidos por la experiencia que todo proyecto de ingeniería social siempre termina en el fracaso.