domingo, 19 de diciembre de 2021

¿Por qué se pierden los indígenas en el laberinto del liberalismo?

 ¿Por qué se pierden los indígenas en el laberinto del liberalismo?

 

Pablo Dávalos

 

¿Por qué se pierden los indígenas en el laberinto liberal? ¿Cuál es ese hilo de Ariadna que olvidan llevar consigo cuando ingresan a este laberinto? En la coyuntura de 2019-2021, el movimiento indígena llegó a sus cotas más altas dentro del sistema político ecuatoriano. De las cinco funciones del Estado, habían logrado captar dos de ellas: la Presidencia de la Asamblea Nacional, y la Presidencia de la función electoral (CNE). 

Con respecto a la Presidencia de la República, su candidato, Yaku Pérez, casi llega a diputar el balotaje, quedó por fuera por apenas centésimas. En esas elecciones generales a inicios del año 2021, el movimiento Pachakutik, además, captó casi el 20% de la representación parlamentaria. En las elecciones pasadas del año 2019, fue el tercer movimiento a nivel nacional con el mayor número de gobiernos autónomos descentralizados bajo su mando. 

En las movilizaciones sociales de octubre del año 2019, fueron los dirigentes de la CONAIE quienes lideraron esas propuestas y asumieron una legítima representación nacional en su encuentro con las autoridades del Estado ecuatoriano y lograron derrotar el acuerdo de crédito suscrito por el gobierno de ese entonces con el FMI (algo que otros partidos, de izquierda o derecha no perdonan). 

Es decir, se habían constituido en el referente más importante de la izquierda y de la resistencia social al neoliberalismo. No solo eso, sino que habían logrado desplazar a la formación política hasta ese entonces más hegemónica de la izquierda ecuatoriana y que se había auto designado como “progresista” y representada por el proceso de la “Revolución Ciudadana” del ex Presidente Rafael Correa.

Su trayectoria de ese periodo apuntaba a que el movimiento indígena se convertiría en la opción política con mayores posibilidades de captar la Presidencia de la República para las siguientes elecciones y de consolidar su presencia en los territorios.

Pero a fines del año 2021, contra todo pronóstico, empieza su derrumbe. Es tan fuerte esa caída que la posibilidad que sean una alternativa real de poder a mediano plazo parece esfumarse al menos por ahora. 

¿Por qué sucedió eso? ¿Por qué el movimiento indígena no pudo comprenderse a sí mismo y a su tiempo histórico en esa coyuntura? Tenía todo para ser todo, pero decidió amputarse su propias posibilidades. La sociedad ecuatoriana les había otorgado una confianza como pocas veces y había votado por sus candidatos y también se había movilizado bajo su liderazgo. 

Pero en el periodo de apenas siete meses desde mayo a diciembre de 2021, su presencia en la Asamblea Nacional, en vez de fortalecerlos y presentarlos como una opción de recambio político, más bien se ha vuelto en su contra y elimina ese horizonte estratégico de ser el recambio político del país. 

Esta situación se puede explicar por una serie de procesos que deben ser analizados objetivamente: para empezar está la Presidencia de la Asamblea Nacional que recayó en una experimentada política del movimiento Pachakutik, Guadalupe LLori, quien había sido autoridad local en su provincia natal de la Amazonía ecuatoriana (la Provincia de Orellana). Llori había sido perseguida por el gobierno de Rafael Correa y tenía el apoyo total de su partido Pachakutik al momento de definir una alianza con otros bloques parlamentarios, entre ellos el pequeño bloque de asambleístas del gobierno de Guillermo Lasso, para votar por ella para la Presidencia de la Asamblea Nacional. 

Ahora bien, la Presidencia de la legislatura es, sin duda, uno de los espacios políticos más potentes a los que puede aspirar un partido político, incluso en un régimen presidencialista. 

En un ambiente en el cual el margen del partido de gobierno era muy estrecho habida cuenta que no contaba con los votos para hacer mayoría en el legislativo, la presidencia del Parlamento significaba convertirse, de hecho, en el fiel de la balanza del poder; es decir, había la capacidad de trasladar la agenda de las decisiones y definiciones políticas desde el Ejecutivo hacia el legislativo, y convertir a la Asamblea nacional en el centro del debate político nacional. Así, el filtro de todo debate podía haber pasado por la Presidencia de la Asamblea Nacional. 

Cualquier partido político, con el manejo de la Presidencia del Parlamento, puede proyectarse no solo dentro del sistema político sino hacia toda la sociedad y construir, desde esa proyección, su camino hacia el poder. Es decir, demostrar que hay un proyecto político y económico de país que puede convertirse en alternativa a lo que la sociedad vive esos momentos. 

No solo eso, sino que el contexto era altamente favorable para la oposición política al gobierno conservador y neoliberal de Guillermo Lasso. Las filtraciones del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), denominados Pandora Papers, habían demostrado que el Presidente del Ecuador, Guillermo Lasso es dueño de varios fideicomisos en paraísos fiscales. Las leyes determinan que si un candidato tiene relación directa con inversiones en paraísos fiscales no puede ser candidato y, de hacerlo y de ganar, debería ser destituido Así, la destitución de Lasso, por incumplimiento de la ley, era solo una cuestión administrativa para la Asamblea Nacional y con ello empezaba un nuevo ciclo político, en el cual Pachakutik habría sido la opción más potente. 

Sin embargo, la presencia de Guadalupe Llori al frente de la legislatura ecuatoriana, demuestra las debilidades orgánicas del movimiento indígena. En vez de convertirse en el fiel de la balanza del poder, y proyectar a su movimiento político como la alternativa del recambio en el poder, decidió convertirse en un engranaje más de un gobierno de derechas, neoliberal y conservador. 

En todo el año 2021, la Presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador, Guadalupe Llori, nunca realizó un solo pronunciamiento político de importancia y que forme parte del debate político nacional. Nunca marcó la agenda de la política nacional. Nunca se convirtió en el fiel de la balanza del poder. Nunca orientó a la sociedad hacia un horizonte diferente de aquel que fue propuesto directamente por el presidente de la República. Nunca pudo crear un espacio político propio, a pesar de tener todas las posibilidades para hacerlo. 

Más bien buscó convertirse en el engranaje necesario para asegurar la gobernabilidad para un partido y un gobierno que representaba todo lo contrario a su proyecto político. Por eso, se dedicó más bien a ser una funcionaria administrativa de la, teóricamente al menos, función más importante del Estado ecuatoriano, la legislatura. De esta manera, resignó la posibilidad de definir la agenda y el debate político nacional, en contextos dramáticos marcados por la pandemia, los acuerdos con el FMI, la crisis carcelaria, el desempleo y la pobreza, la corrupción, entre otros aspectos. 

Ahora bien, si la Presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador, al parecer, no quería asumir una posición más activa, protagónica y determinante en el debate político nacional, y había optado por limitarse a un rol puramente administrativo, debería tener a su partido político, en este caso el movimiento Pachakutik, como un relevo y como un apoyo que le permita suplir estas falencias, porque no se trata de ceder en temas tan importantes como la agenda de la política nacional y sus contenidos, al menos en un contexto de disputas políticas, cuando se tienen las riendas de la función más importante del Estado. 

Ahí, el movimiento Pachakutik debía poner a sus mejores cuadros y sus mejores técnicos para suplir cualquier falencia y dar el peso necesario al legislativo como eje del debate político nacional. Sin embargo, el movimiento Pachakutik decidió desprenderse de cualquier responsabilidad con respecto a la gestión de la presidencia de la Asamblea Nacional y creó un vacío político alrededor de ella. 

Como si se hubiese tratado solo de una especie de comisión de servicios administrativos, dejó el espacio más importante que había logrado capturar en su historia política a la deriva. No se preocupó en lo más mínimo de darle contenidos, propuestas y un horizonte que le permita a mediano plazo generar un efecto demostración de su proyecto político a la sociedad. Así, sin que se sepa exactamente porqué, decidió desperdiciar una oportunidad histórica que pocas veces puede suceder en la vida política de un partido o movimiento.

De otra parte, el movimiento Pachakutik decidió entregar la conducción de su bloque de asambleístas al Asambleísta por la provincia de Chimborazo, Rafael Lucero. Ahora bien, en vez de cohesionar a su propio bloque y convertirlo en un espacio crítico, propositivo, potente a la hora de definir el debate político, la coordinación del bloque más bien lo fracturó, lo dividió y lo enfrentó contra sí mismo. Como si se hubiese tratado de una quinta columna, la coordinación parlamentaria del movimiento Pachakutik optó por la autodestrucción. 

Su principal tarea fue ofertar la capacidad política del bloque de asambleístas a las subastas del poder. Como coordinador de bloque legislativo del movimiento Pachakutik nunca defendió las líneas ideológicas de su movimiento, y posibilitó que el movimiento, más bien, trastabille en un contexto en el que tenía todo a su favor. Así, nunca fue coherente para impedir, por ejemplo, el juicio político al Defensor del Pueblo, un juicio político que iba directamente en su contra, porque impediría los juicios por lesa humanidad a los responsables de la represión y la violencia contra el pueblo durante las movilizaciones de octubre de 2019. El movimiento Pachakutik, en esa oportunidad votó contra sí mismo. Se amputó un espacio que lo había ganado en las luchas populares. Y luego siguieron un conjunto de decisiones que demostraban que no existía coherencia alguna en la dirección política de este bloque de legisladores.

En efecto, como jefe de bloque, el Asambleísta Lucero, tampoco pudo conseguir un mínimo de coherencia cuando los asambleístas del movimiento Pachakutik ni siquiera respaldaron el informe de la Comisión de Garantías Constitucionales a propósito de las filtraciones de los Pandora Papers y que definían responsabilidades específicas del Presidente Guillermo Lasso al respecto, y elaborado por un asambleísta del propio movimiento Pachakutik; más bien votaron, sin que nunca lo hayan explicado, por exculpar al gobierno.

Esa votación equivalía, en realidad, a un suicidio político y demostraba que el bloque de legisladores de Pachakutik nunca pudieron articular una agenda legislativa que implique un horizonte de mediano plazo en el cual el movimiento indígena pueda ser el relevo del poder en el Ecuador. Tenían todas las posibilidades de acotar el margen de maniobra del gobierno de Guillermo Lasso e, incluso, podían destituirlo y convertirse en la opción más obvia para el recambio del poder. Pero, más bien, acordaron votar a favor del gobierno de Guillermo Lasso. Con esa decisión demostraron su voluntad política de  integrarse de una forma u otra al poder ejecutivo y, en definitiva, a su proyecto neoliberal. 

Por ello, la acusación que hace una fracción de asambleístas con respecto a su coordinador de bloque, de solamente servir para subastar los votos del movimiento Pachakutik, cobra visos de realidad. 

Puede apreciarse, por tanto, que el movimiento Pachakutik ha resignado la posibilidad de discutir y posicionar una agenda política propia y, de esa manera, ha renunciado a convertirse en una opción real de recambio político al mediano y largo plazo. En otras palabras, es un movimiento que escogió por hacerse un harakiri político.

Sin embargo, al empezar a orbitar alrededor del poder ejecutivo, pierden legitimidad ante sus electores y, por supuesto también ante la sociedad, porque la población sufre directamente los golpes que implican las políticas de ajuste neoliberal, la pobreza, el desempleo, la desinstitucionalización del Estado, entre otros aspectos, y el movimiento Pachakutik no puede decir ahora que representa o que lucha por los intereses de esa sociedad, cuando es evidente que decidió plegarse al gobierno neoliberal de Lasso. 

Es precisamente por ello, que un pequeño número de asambleístas del movimiento Pachakutik decidieron, a mediados del mes de diciembre de 2021, rebelarse contra la integración de su movimiento a las fuerza gravitatoria del poder, pero lo hicieron sin recuperar la posibilidad de definir la agenda política nacional, es decir, lo hicieron como un acto desesperado sin ninguna consistencia política, sin ninguna relevancia de fondo. Ese acto solo mostró las fracturas que amenazan por desgarrar internamente a este movimiento político.

Las debilidades del movimiento Pachakutik se trasladan también a su entramado organizativo, sobre todo la CONAIE. Esta organización social está en pleno proceso de aglutinar fuerzas sociales a partir del denominado Parlamento de los Pueblos, cuya conformación se dio en las movilizaciones de octubre de 2019. 

Con ese proceso de convergencia de organizaciones sociales, el movimiento indígena pretende acumular fuerza política para movilizarse en contra de la política económica del régimen en los primeros meses del año 2022. Empero, parten desde una posición de debilidad política, porque la sociedad va a reclamar, y con justa razón además, sobre el rol jugado por los legisladores de Pachakutik en la generación de las mismas condiciones sociales por las cuales la organización indígena ha decidido movilizarse para rechazarlas. 

Es decir, la pérdida de legitimidad de su bloque parlamentario puede convertirse en un obstáculo para sus propias posibilidades de movilización y resistencia al programa neoliberal puesto en marcha por el gobierno de Guillermo Lasso. 

Como puede verse, la debilidad del movimiento Pachakutik, en la dialéctica del poder, implica el fortalecimiento del gobierno del banquero Guillermo Lasso. Mientras que el gobierno se fortalece, las organizaciones políticas de izquierda (que esta vez también incluye a la Revolución Ciudadana), se debilitan y se fragmentan. 

¿Por qué el movimiento indígena a través de Pachakutik decidió suicidarse políticamente? ¿Por qué perdieron la brújula política justamente cuando más la necesitaban? Si tenían todo a su favor y estaban a un pequeño paso de ser el primer gobierno indígena en la historia del país, ¿por qué renunciaron a esa posibilidad? Si pudieron resistir todo el ciclo político 2007-2017 de la Revolución Ciudadana y que fue muy agresivo en su contra, ¿por qué se derrumbaron en tan pocos meses en el año 2021? 

Existirían, al menos, dos hipótesis. La primera tiene relación con la incapacidad  de salir de la polarización de la política nacional realizada desde la derecha ecuatoriana y que ponía el conflicto en términos de correísmo (los partidarios y militantes del movimiento del ex Presidente Rafael Correa) y el anticorreísmo. En vez de abrir el espacio de la política por fuera de esa polarización, los legisladores del movimiento Pachakutik más bien se sumergieron en el centro de esa polarización, en la cual solo podían perder posiciones como efectivamente sucedió. Para demostrar su “anticorreísmo” decidieron convertirse en alfiles de las jugadas del poder y empezaron un comportamiento político a espaldas de sus propios electores, de sus propios principios y de su propio horizonte político. Todas sus votaciones demuestran que “por no hacer el juego al correísmo”, terminaron por jugar en el tablero del poder.

Otra hipótesis tiene que ver con la pérdida de eslabones o de conexiones entre la representación política (Pachakutik) y la organización social (CONAIE), lo que conlleva a la debilidad ideológica de la representación política. De lo que puede apreciarse, esta representación parlamentaria de Pachakutik tiene poco que ver con la estructura organizativa de la CONAIE y los movimientos sociales. Los pocos asambleístas que se han mantenido fieles y leales al proyecto político del movimiento indígena, son aquellos que provienen directamente los procesos de movilización social y de estructuras organizativas consolidadas. 

La mayoría de asambleístas que conforman el movimiento Pachakutik no pertenecen a ningún proceso de movilización social y dan cuenta, más bien, de la improvisación, el oportunismo y la falta de proyecto político a largo plazo de los dirigentes locales y nacionales del movimiento Pachakutik. Su llegada al movimiento se debió a las contingencias del momento político, y justo por ello su relación con el movimiento Pachakutik expresa esa contingencia. Están ahí de paso, y tratan de aprovechar la conjunción de planetas que los pusieron en un sitio que, en otras circunstancias, jamás habrían siquiera soñado en llegar.

Quieren aprovechar de su fugaz paso por el sistema político porque saben que es ahora o nunca. Están prestos a negociar posiciones de poder dentro de una perspectiva más personal, y no les interesa en absoluto el proyecto político de largo plazo del movimiento indígena. Puede ser que su decisión de apartarse del movimiento Pachakutik y aliarse al gobierno, provoque resentimientos o malestar, pero piensan, ingenuamente además, que si negocian de forma oportuna con el gobierno, pueden asegurarse cierto reconocimiento territorial que garantice su retorno al sistema político aunque sea por fuera del movimiento Pachakutik. Son, además, extremadamente barrocos en su ideología y creen que el poder está en las formas y no en sus contenidos.

Para ellos, en efecto, la forma imposta al contenido. Creen que tiene poder por el hecho que están dentro de los cálculos del ajedrez político del gobierno y negocian parcelas minúsculas de ese poder. Pero en su imaginario, el hecho de incidir y ser parte de la trama política de la coyuntura, se convierte en una oportunidad que nunca estuvo al alcance de su mano como en esta oportunidad. Su barroquismo les impide comprender que el poder no está en las formas sino en los contenidos de su ejercicio.

De otra parte, es evidente que la mayor organización del movimiento indígena, la CONAIE, no tuvo la oportunidad de ejercer un rol de control político sobre su propia estructura partidista, de tal manera que el amplio margen de maniobra y la gran capacidad discrecional de los dirigentes del movimiento Pachakutik obedecen a su forma de cortar amarras con su propio entramado organizativo. 

No obstante, hay que decirlo: si la sociedad ecuatoriana respaldó electoralmente al movimiento Pachakutik en el año 2021 fue por el reconocimiento por sus luchas sociales, sobre todo aquella de octubre de 2019. Ninguno de los representantes del movimiento político Pachakutik en la Asamblea Nacional tiene capital político por sí mismo que justifique su presencia en la legislatura. Su presencia ahí se debe a procesos históricos de resistencia y movilización social. 

Pero la sociedad no es responsable de las fallas en la formación ideológica de los cuadros y de los militantes del movimiento Pachakutik. Por eso ahora la sociedad duda seriamente de la consistencia política de este movimiento y ello le quita la posibilidad de ser una opción de poder al mediano y largo plazo.

La organización social CONAIE, tendrá que bregar duro para recuperar su legitimidad e incidir dentro de su organización política Pachakutik para redireccionarla dentro de su proyecto político. Este proceso implica la fragmentación de su representación electoral pero es el costo que tiene que asumir por los errores cometidos. La CONAIE debe comprender también que ha fallado en la formación de sus cuadros para la representación al sistema político. Que pocos de ellos conjugan con precisión lo que el movimiento indígena pretende con el Estado Plurinacional. Si bien sus estructuras organizativas están sólidas y con una gran capacidad de movilización, también es cierto que sus procesos de educación, formación política y control político adolecen de fallas, sobre todo en los espacios de representación política.

Esas fallas han significado que se pierda una oportunidad única en la historia. Será difícil que a futuro la sociedad suscriba de manera tan incondicional con un movimiento político como Pachakutik, como lo hizo en la coyuntura electoral del año 2021. Se han perdido espacios claves en el imaginario social que han posibilitado la recrudescencia del racismo y la colonialidad del poder. Las futuras movilizaciones indígenas tienen que empezar por depurar su propio espacio político para ser legítimas ante la sociedad y mantener su capacidad de convocatoria. Está en juego frenar la deriva más autoritaria y corrupta del neoliberalismo, y la reserva moral del Ecuador para impedirlo es la CONAIE, pero esta organización corre el riesgo de asumir un costo político por haber permitido que uno de sus espacios más estratégicos, como es el movimiento Pachakutik, leve anclas de su proyecto histórico.

 

 

 

viernes, 17 de diciembre de 2021

Análisis a la metodología para el cálculo de las tasas de interés por parte del BancoCentral del Ecuado

Análisis a la metodología para el cálculo de las tasas de interés por parte del BancoCentral del Ecuador

 

 

Pablo Dávalos

 

Los cambios normativos de las recientes reformas al Código Orgánico Monetario y Financiero.-

 

En abril del año 2021 la Asamblea Nacional aprobó las reformas al Código Orgánico Monetario y Financiero, en la ley denominada Defensa de la Dolarización, y establecida en acuerdo a las condicionalidades del Fondo Monetario Internacional en su acuerdo de crédito suscrito el mes de septiembre del año 2020. En esta ley puede resaltarse el nuevo marco de gobernanza institucional para el Banco Central del Ecuador, en virtud del cual esta institución se autonomiza del gobierno central. En ese sentido, se elimina la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, presidida hasta ese entonces por el ente rector de las finanzas públicas, por dos nueva juntas, monetaria y financiera, sin ninguna relación con el poder ejecutivo. 

Las ley otorga una gran margen de maniobra a las dos nuevas juntas de política y regulación tanto monetaria como financiera, y les atribuye la capacidad de dictar políticas, establecer regulaciones y la capacidad de supervisión macroprudencial. Dentro de esas atribuciones consta la capacidad de definir los límites y modalidades para las tasas de interés. La Ley para la Defensa de la Dolarización, en efecto, establece en su artículo 130 lo siguiente:

130.- Tasas de interés.El Banco Central del Ecuador establecerá el sistema de tasas de interés para las operaciones activas y pasivas del sistema financiero nacional y las demás tasas requeridas por la ley. Se prohíbe el anatocismo”.

El 28 de octubre de 2021, el Presidente de la República, Guillermo Lasso Mendoza, envió a la Asamblea Nacional, el proyecto de ley con el carácter de económico urgente: “Ley Orgánica para el Desarrollo Económico y Sostenibilidad Fiscal tras la Pandemia Covid-19”, que entró en vigencia en el Tercer Suplemento N. 587 del Registro Oficial con fecha 29 de noviembre de 2021. En esta ley se establece lo siguiente:

Artículo 192En el artículo 130 del Libro I, agréguese como inciso segundo el siguiente texto:

“A requerimiento de las entidades financieras públicas, la Junta de Política y Regulación Financiera establecerá una tasa de interés máxima especial para créditos de interés social al segmento microcrédito”.

Las reformas también plantean nuevos requerimientos de patrimonio técnico secundario para las cooperativas de ahorro y crédito y, además, elimina, en la Ley para la Defensa de la Dolarización, el artículo 458 del Libro I del Código Monetario y Financiero la disposición que establecía que la regulación en función del acompañamiento al segmento 5 de la EPS. 

Al momento, la metodología de cálculo de las tasas de interés por segmentos consta en la Resolución No. 676-2021-F de la ex Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, expedida el 27 de agosto de 2021.

La nueva metodología para el cálculo de las tasas de interés

Con el apoyo del Banco Mundial, el Banco Central del Ecuador, a través de la Subgerencia de Programación y Regulación, de la Dirección Nacional de Síntesis Macroeconómica, y la Dirección Nacional de Programación y Regulación Monetaria y Financiera, elaboraron una Nota Técnica en diciembre de 2021, que establece la metodología para el cálculo de las tasas de interés. 

En resumen, esta metodología establece cuatro parámetros que definen el cálculo para las tasas de interés activas para todo el sistema financiero nacional, que incluye también a las cooperativas de ahorro y crédito de la economía popular y solidaria hasta el segmento tres:

1.    Costos de fondeo (X1);

2.    Costos de riesgo de crédito (X2);

3.    Costos Operativos (X3); y,

4.    Costos de Capital (X4).

La fórmula de cálculo de las tasas de interés activas referenciales excluye la banca pública, y los créditos de interés social en vivienda y en educación. La definición establecida por esta metodología es la siguiente:

Tasa de Interés Activa Efectiva Máxima. - Corresponderá a la suma de los componentes de costo de fondeo, gastos operativos, riesgo de crédito y costo de capital; más la suma de hasta dos desviaciones estándar calculadas a partir de la serie de las tasas activas referenciales de cada segmento de crédito 

Y se define a través de la siguiente fórmula:

Ta((X1)i+ (X2)+(X3)i+ (X4)j)

En donde Tes la tasa de interés activa efectiva máxima por segmento, ies el segmento y jes la cartera; y aes el parámetro de una media móvil para doce meses, con un rezago de un mes (t-1). 

La definición de esta metodología es problemática para todo el sistema financiero y, en especial, para el sistema de cooperativas de ahorro y crédito, porque no considera las diferencias de economía de escala dentro de las instituciones financieras, las pone dentro un mismo esquema de fondeo, gastos operativos y costos de transacción, y añade el riesgo país como prima de riesgo lo que provoca un escenario de vulnerabilidad sistémica para todo el sistema financiero y, sobre todo, para las cooperativas de ahorro y crédito de la EPS. La metodología planteada incorpora, en efecto, hasta el segmento 3 de las cooperativas de ahorro y crédito de la EPS.

El Banco Central del Ecuador no realiza ningún análisis técnico de los efectos multiplicadores y de retroalimentación entre cada uno de estos componentes. Su visión es de estricta matemática financiera sin análisis alguno de las consecuencias macroeconómicas de cada uno de esos componentes ni de la forma que tienen ellos de relacionarse entre sí. Si la ecuación de contabilidad se transforma en una ecuación diferencial, por ejemplo, se alteraría toda la propuesta metodológica del Banco Central del Ecuador. Pero ese escenario no existe en esta propuesta.

 

 

Un análisis de la nueva propuesta metodológica de las tasas de interés

Un primer aspecto que llama la atención en el documento del Banco Central sobre la metodología de las tasas de interés activas es que no hace referencia alguna a la importancia que tiene la tasa de interés activa para toda la macroeconomía. 

Se entiende por macroeconomía la interrelación de los siguientes agregados económicos: la función consumo, la función inversión, la política fiscal, la política monetaria y la balanza de pagos. Cada una de estas funciones contiene variables que se interrelacionan entre sí y que generan efectos multiplicadores sobre el conjunto de la economía.

En consecuencia, el análisis sobre las tasas de interés implica y supone, por definición, el comportamiento de la economía en su conjunto. En ese análisis, uno de los conceptos más importantes es la relación de las tasas de interés activas con la inversión (tanto pública como privada), con el empleo-ingreso, con el consumo agregado,  y con la preferencia por la liquidez. Justamente por eso, la teoría económica considera que la tasa de interés activa es algo más que el precio del dinero o el costo del capital, en realidad, la tasa de interés expresa el precio por la renuncia de la liquidez dentro de una dinámica intertemporal.

Esto significa que la tasa de interés activa regula la preferencia por la liquidez de toda la economía, por lo tanto, tiene relación directa con las variables monetarias, con la variables financieras, y con la relación ahorro-inversión de toda la sociedad. 

Por ello, uno de los aspectos de una política económica de reactivación es la de disminuir la tasa de interés, porque de esta forma se estimula la inversión y, a través de ella, el empleo y el ingreso de los hogares, que se convierte en el consumo y en el ingreso de las empresas. Otro aspecto es que las políticas de tasas de interés deben evitar los comportamientos especulativos. Por ello, las tasas de interés son uno de los indicadores y, al mismo tiempo, uno de los instrumentos más importantes de la política monetaria.

La calibración de las tasas de interés en una economía la hace el Banco Central y permite la asignación y reasignación de recursos monetarios de tal manera que permitan el incremento de la inversión, desestimulen los comportamientos especulativos, y permitan, al mismo tiempo, el crecimiento económico. La política monetaria y financiera se vinculan entre ellas y deben evitar que el exceso de liquidez produzca o comportamientos oportunistas que deriven en especulación financiera, o que incidan en la inflación. Por ello, todas las autoridades monetarias del mundo manejan con mucha prudencia las tasas de interés, porque de su manejo, depende el crecimiento económico.

Ahora bien, la propuesta elaborada por el Banco Central del Ecuador carece de estos fundamentos macroeconómicos para definir la tasa de interés. Como no existe ninguna referencia ni análisis macroeconómico sobre la tasa de interés, el cálculo que propone el Banco Central del Ecuador, se convierte en una aritmética contable, o en matemáticas financieras, que no tienen relación alguna con la reactivación productiva o la regulación de los procesos ahorro-inversión nacionales.

Es por ello que los cálculos que arroja la metodología de las tasas de interés, expresan los siguientes resultados según el Banco Central:

 

Como puede apreciarse, las matemáticas financieras generan un sistema de tasas de interés que hacen imposible la reactivación económica y que plantean un diferencial enorme entre el costo del fondeo, como lo llaman, y la tasa de interés que deben pagar los usuarios y clientes del sistema financiero.

Los costos de fondeo

En el siguiente gráfico puede apreciarse la distancia que esta metodología establece entre el costo del fondeo con respecto a la tasa de interés efectiva real, con datos del Banco Central a diciembre de 2021:

Ilustración1Comparativo entre el costo de fondeo y la tasa de interés efectiva


Como puede  verse del gráfico anterior, no existe una correlación coherente entre el costo del fondeo y la tasa de interés que deben pagar los usuarios y clientes del sistema financiero. En el caso del microcrédito esa relación es de 20 puntos porcentuales lo que en términos macroeconómicos es un despropósito.

De otra parte, no se hace ninguna relación a las asimetrías de fondeo que existen entre el sistema de cooperativas de ahorro y crédito de la economía popular y solidaria, y el sistema de bancos privados. La tasa de interés pasiva que pagan los bancos privados es menor que la tasa que pagan las cooperativas. Al no existir esa relación no existe un análisis de la tasa pasiva y del spread entre tasas pasivas y tasas activas. Si no existe ese análisis tampoco existe una consideración entre la relación ahorro-inversión. El costo de fondeo que debería estar asociado al ahorro interno, se convierte en una relación de contabilidad financiera entre los diferentes componentes de cartera de la actividad bancaria. Esto se debe a que no existe el concepto de ahorro interno en la metodología establecida por el Banco Central del Ecuador.

Los costos operativos

De otra parte, el  concepto de costos operativos abarca: sueldos, remuneraciones, honorarios, pago de servicios básicos, amortizaciones, depreciaciones, mantenimiento de inmobiliario y equipos, aportes al COSEDE, movilización, fletes y embalajes, gastos en publicidad y propaganda, pago de impuestos, contribuciones y multas, entre otros. 

La forma de cálculo de este costo se sustenta en las mismas cuentas de contabilidad del sistema financiero privado. Es decir, se toma como referencia el mismo costo que los bancos registran en sus créditos sin ningún criterio de eficiencia o de indicadores financieros de eficiencia. 

El resultado es una tautología contable; es decir, se extrae un costo de los mismos costos de una industria que no es eficiente y que genera muchos costos de transacción a los usuarios del sistema, justamente porque no es eficiente, y se recarga esa ineficiencia, como componente estructural, al cálculo de la tasa de interés.

En efecto, para el cálculo de los costos operativos se toma en consideración la cuenta No. 5 (ingresos totales), la cuenta No. 45 (gastos de operación totales) y la cuenta No. 5104 (intereses y descuentos de cartera de crédito), del sistema de contabilidad bancaria definido por la superintendencia de bancos. El problema es que se toman estas cuentas para calcular los costos operativos dentro del mismo sistema, es decir, dentro de las mismas instituciones. Esto conlleva a considerar que un banco privado que tiene una cartera de crédito productivo, de consumo, y de microcrédito, realiza cada una de esas operaciones de forma separada y con costos aislados y autónomos para cada operación de crédito; como si el banco privado se dividiese en tres bancos independientes en sí mismos. En otros términos, el banco tiene costos operativos (sueldos, honorarios, infraestructura, impuestos, aportes al COSEDE, publicidad, etc.), para la cartera de créditos productivos. Estos costos operativos, en la metodología del Banco Central, se replican para el caso de la cartera de consumo, y así para la cartera de microcrédito, lo cual, obviamente, es un absurdo. 

En efecto, todas las operaciones de crédito se realizan en el mismo banco, con la misma infraestructura, con los mismos costos administrativos, y bajo la misma estructura tributaria a la que está sometida la actividad bancaria. El banco ha articulado economías de escala y parámetros internos de especialización para cada una de las operaciones de crédito en función de su eficiencia interna. Los costos operativos son, por tanto, los mismos para todo el sistema y para todo el banco. El pago de electricidad, por ejemplo, es para todo el banco, y no se diferencia solo para las operaciones de cartera productiva con respecto de aquellas de consumo o microcrédito. El gasto administrativo es para todos los funcionarios del banco, no solo para aquellos que gestionan la cartera de consumo, o de microcrédito. El gasto en publicidad es para todas las actividades del banco. Quienes administran el banco tratan de igualar y compensar los costos de un tipo de gestión de cartera con otros, pero dentro de un mismo proceso. Las especificaciones de cartera se hacen dentro de la misma cartera no como un proceso global del banco. De ahí que considerar los costos operativos de forma segmentada, es decir, como costos inherentes al manejo de cada cartera, como lo hace el Banco Central del Ecuador, es un despropósito contable y un absurdo económico.

Si bien es cierto que la metodología define la cartera promedio como ponderador, también es cierto que la utilización de los mismos costos de operación para cada uno de los segmentos (productivo, consumo y microcrédito), es redundante y recarga los costos en los segmentos en los cuales el sistema considera no rentables, básicamente, el microcrédito. 

Así, el costo operativo, al ser redundante y tautológico, traslada hacia la tasa de interés, es decir, sobre toda la economía, las ineficiencias del sistema, y genera una renta sobre la tasa de interés sobre esas ineficiencias. El Banco Central del Ecuador es cómplice de una gestión ineficiente y trata de compensar esas ineficiencias descargándolas a los clientes del sistema.

Costos de riesgo de crédito

El riesgo es una de las variables de la actividad bancaria. Es una variable endógena a la intermediación financiera y bancaria. Precisamente para tratar de contener dentro de parámetros de certidumbre básicos, la industria financiera a nivel mundial ha desarrollado una serie de instrumentos y productos financieros para la gestión del riesgo, un ejemplo de ello son los derivados financieros, que son una especie de seguros de riesgo sobre todo tipo de actividades económicas que toman el valor del activo subyacente que sirve para determinar ese seguro, sin que, además, sea considerado strictu sensu como un seguro de riesgo, de ahí que se denominen derivados financieros. Las metodologías para calcular el riesgo son muy complejas y tienen un desarrollo importante a partir del modelo Black-Scholes.

La industria financiera internacional trabaja con el riesgo y sabe que existe un prestamista de última instancia en circunstancias en las cuales el riesgo pueda afectar a la industria financiera, como sucedió, por ejemplo, con la crisis de los créditos asociados a las hipotecas subprime en el año 2008. En el caso mundial, además, actúa como prestamista de última instancia, el mismo FMI.

En consecuencia, la actividad financiera y bancaria, deben aprender a manejar el riesgo, porque se trata de una variable endógena a la misma intermediación financiera. Por eso a nivel internacional las tasas de interés son relativamente bajas, mientras que existe una enorme diversidad de instrumentos y productos financieros que las empresas pueden utilizar en operaciones vis-à-vis y en transacciones sobre el mostrador (el mercado mundial OTC), como mecanismos de gestión de riesgo.

Sin embargo, el Banco Central del Ecuador, a contrapunto de toda la industria financiera mundial, externaliza el riesgo hacia los usuarios, clientes y toda la economía. Esa externalización se produce cuando añade un componente específico de costos de riesgo a la tasa de interés. De esta manera, impide que el sector financiero nacional tenga la necesidad de diversificación y de aprender a manejar el riesgo como una variable endógena a su propia industria. 

El Banco Central del Ecuador propone que el costo de riesgo se calcule a través del gasto de provisiones y el promedio de la cartera de crédito por vencer. Esta forma de cálculo genera indicadores que sobrepasan la morosidad del sistema en su conjunto, así el riesgo por segmento de cartera de crédito sería: 1,99% para el segmento productivo, 3,36% para el segmento de consumo y 7,31% para el segmento del microcrédito, que es mayor a los índices de morosidad para cada uno de esos segmentos. 

Se impone una inquietud: ¿por qué los clientes del sistema financiero tienen que asumir la gestión de riesgo que es una variable propia de la actividad financiera? Recargar el riesgo al cliente y, por tanto, a la economía en su conjunto, libera al sistema financiero de cualquier estímulo a la innovación, a la especialización, a la diversificación y a la búsqueda de productos alternativos que permitan distribuir de forma adecuada el riesgo. Los condena a la ineficiencia. Les impide la creatividad. Genera una externalidad positiva para los bancos pero negativa para la economía.

El Banco Central del Ecuador asume una posición paternalista y hasta cierto punto corporativa con respecto a los bancos privados. Trata de protegerlos de su propia actividad. Traslada hacia la sociedad las consecuencias de una actividad que debería ser asumida desde los propios bancos privados.

Los costos de capital

La metodología del Banco Central asocia este costo de capital con la rentabilidad esperada de los bancos y sociedades financieras privadas. Sin embargo, vincula esta rentabilidad esperada con tres circunstancias: (i) el ciclo macroeconómico; (ii) la estabilidad económica; y, (iii) el riesgo. Para el Banco Central del Ecuador, el indicador que resume estas tres circunstancias es el Riesgo-Paísmedido por el indicador EMBI (Emerging Markets Bonds Index). 

El Banco Central del Ecuador considera al riesgo-país medido por el EMBI, como una “tasa mínima de rendimiento requerida por los mercados internacionales”. Adicionalmente, el Banco Central considera que la rentabilidad esperada debe ser neta, es decir, descontada de la inflación.

Ahora bien, la metodología del EMBI fue desarrollada por J.P. Morgan para calificar la emisión de bonos Brady en 1992 y asociada a la crisis de la deuda, en especial, de los países latinoamericanos. La metodología de los EMBI, sustentada en lo que J.P.Morgan denomina los “fundamentales” a las variables claves de una economía en un país que ellos denominan “emergente”, sirve para ponderar el riesgo de impago entre el bono emitido por cualquier país emergente versus un bono emitido por la Reserva Federal Americana (FED). El EMBI es un valor de referencia para la tasa de interés de los bonos soberanos que emiten las economías emergentes, y sirve como baremo para las operaciones especulativas en los mercados secundarios de deuda pública.

¿El EMBI sirve como referencia para medir el ciclo macroeconómico de un país? La respuesta es que el EMBI utiliza los fundamentales de una economía, es decir no hace un análisis macroeconómico del país, como referencia de una posible situación de impago o default. Es una especie de central de riesgo que mide la capacidad de pago de un cliente determinado de forma independiente de sus posibilidades económicas y de su situación personal presente y futura, con la diferencia que la economía especulativa mundial ha desarrollado instrumentos de especulación incluso en circunstancias de default, los denominados CDS (Credit Defautl Swaps), que protegen a los especuladores incluso de un posible impago de deuda soberana.

Entonces, relacionar el ciclo macroeconómico con el EMBI es aventurado, improcedente y no tiene nada que ver con el análisis macroeconómico. El EMBI es un indicador de especulación financiera. Su relación con el sistema bancario revelaría más bien que los bancos privados son tenedores de deuda externa pública y que especulan con esos bonos de deuda pública. Es decir, utilizarían el ahorro interno para especular en contra del propio país, algo que las leyes no lo permiten.

El concepto de “estabilidad económica”, de otra parte, es contradictorio. La Constitución del Ecuador establece en su numeral 7 del artículo 284 que la estabilidad es el máximo nivel de producción y empleo sostenibles en el tiempo. Sin embargo, el FMI y con él J.P. Morgan y todas las calificadoras de riesgo, consideran que la estabilidad económica debe caracterizarse por mínimos niveles de déficit fiscal o, más bien, posiciones de superávit fiscal primario. ¿Por qué superávit fiscal primario? Porque eso significaría que el gobierno ha realizado ahorros fiscales importantes y dispone de liquidez inmediata para garantizar el pago de la deuda externa. Es por ello que los programas de ajuste económico del FMI siempre van de la mano con disminución del EMBI. A más ajuste fiscal, es decir, a mayor reducción del tamaño del Estado, mejores posiciones del EMBI.

Entonces, la vinculación que hace el Banco Central del costo de capital con el EMBI tiene que ver también con la relación a los programas de ajuste suscritos con el FMI.

¿Mide el riesgo de una economía el EMBI? La respuesta es que no lo mide. Aquello que expresa el EMBI es la probabilidad de default en el pago de la deuda externa emitida en bonos soberanos. Si el EMBI, entonces, no mide el ciclo económico, tampoco la estabilidad económica, al menos en el sentido establecido por la Constitución del Ecuador, ni tampoco el riesgo de la actividad financiera (que ya consta en el costo de riesgo), ¿por qué el Banco Central del Ecuador lo utiliza como baremo para definir el costo de la tasa activa de interés?

Una posible respuesta estaría en el hecho que el Banco Central del Ecuador considera a la banca privada no solo como intermediación financiera entre el ahorro y la inversión, sino como una actividad especulativa y vinculada a los mercados financieros especulativos internacionales. El Banco Central del Ecuador, de esta manera, vincula el posible rendimiento de la banca privada, con el rendimiento de los especuladores financieros internacionales.

Incorporar el EMBI a la tasa de interés activa interna del país es abrir la puerta para la volatilidad económica. Es crear todas las condiciones para una crisis sistémica. Es sujetar la actividad económica interna a las decisiones y expectativas de los mercados financieros internacionales. 

En un contexto en el cual la volatilidad de los precios del petróleo, por ejemplo, conduzcan inmediatamente a un escenario pesimista sobre la balanza de pagos, inmediatamente el EMBI se dispararía y, con ello, dispararía las tasas activas de interés en la economía nacional. Los créditos se habrían encarecido de manera abrupta y generarían problemas en la ecuación ingreso-gasto tanto de hogares como de empresas. Eso implicaría situaciones de impago que dispararían en cambio el componente de costo de riesgo y retroalimentarían el incremento de la tasa activa de interés.

Otro escenario podría suscitarse desde las señales emitidas por el sistema político. Si no pueden aprobarse las reformas neoliberales condicionadas por el FMI por impasses dentro del sistema político, eso inmediatamente dispararía el EMBI y provocaría incrementos de las tasas de interés. Esos incrementos se retroalimentarían por el costo de riesgo. El país podría entrar en un ambiente de recesión que provocaría más incrementos en el EMBI y en la tasa de interés.

Sin embargo, lo curioso es que el Banco Central asume una posición en contra del país porque no solo que incorpora el EMBI sino que trata de proteger la rentabilidad de los bancos privados de cualquier erosión inflacionaria. El componente de costos de capital es en términos netos. De tal manera que traslada hacia la sociedad todo tipo de externalidad. La economía nacional puede estar sometida al riesgo de la inflación en dólares, pero no el sistema bancario privado. Se trata de una posición totalmente corporativa asumida por el Banco Central del Ecuador, que pone en riesgo a toda la economía y, por tanto, a toda la sociedad. 

Afectaciones sobre la economía nacional

La metodología propuesta por el Banco Central del Ecuador para las tasas activas de interés, tendrían, al menos, los siguientes efectos macroeconómicos:

Efectos sobre la inversión y el empleo.- En virtud que la relación entre tasa de interés activa y la inversión medida en valor presente neto es negativa, todo incremento de la tasa de interés reduce el valor neto de la inversión. Por intermedio de los efectos multiplicadores, el incremento de la tasa de interés reduce la inversión y esto reduce el empleo. Si el ingreso es una función positiva del empleo, la reducción del empleo significa una reducción del ingreso. Si el ingreso de los hogares son las ventas de las empresas, entonces se reducirían también los ingresos de las empresas. En consecuencia, el costo de la tasa de interés activa tiene repercusiones directas sobre la inversión, el empleo y el ingreso. La metodología de cálculo de las tasas de interés activas por parte del Banco Central del Ecuador, conducen a un escenario de altas tasas de interés, que desestimularían la inversión y que, por tanto, retrasarían la creación de empleo. Sin empleo, no hay ingresos y sin ingresos no hay demanda efectiva y las empresas acumulan stocks y los fabricantes reducen la producción. El escenario es recesivo.

Efectos sobre la balanza de pagos.-La economía ecuatoriana es dolarizada por lo que existe una fuerte tendencia al consumo habida cuenta de la fortaleza en capacidad adquisitiva que tiene el dólar americano. Pero la recesión disminuye el ingreso y, en consecuencia, la capacidad productiva de las empresas ecuatorianas. No obstante, los volúmenes de remesas de migrantes y la facilidad de deuda para consumo que genera altas tasas de rendimiento para los bancos, estimulan el consumo interno que se resuelve vía importación de bienes de consumo. Esto presiona a la balanza de pagos. El gobierno para cubrir sus posiciones de liquidez tiene que recurrir a mayores niveles de deuda pública. Esos niveles de deuda pública se califican vía EMBI. Para mantener un EMBI relativamente bajo y estable el gobierno tiene que acumular ahorros fiscales y disminuir el déficit fiscal. El gobierno reduce el gasto público por la vía de eliminación de nómina pública y reducción de inversión pública. Eso retroalimenta el escenario de recesión. Los bancos privados, a pesar del ambiente de recesión, mantienen y elevan su rentabilidad por el alto costo de la tasa de interés activa para el consumo y porque están blindados ante el riesgo. Sus decisiones de arbitraje del ahorro interno se trasladan más que a la producción hacia el consumo de bienes importados. La recesión se retroalimenta. La economía se desindustrializa y tiende hacia las rentas primarias.

Efectos sobre la preferencia sobre la liquidez.-Los bancos no desarrollan productos de innovación financiera que permita arbitrar la relación ahorro-inversión hacia nuevos productos financieros porque no tienen estímulo para hacerlo, en virtud que la tasa de interés cubre sus rentabilidades, su riesgo y sus altos costos de operación. Los mercados de renta variable son muy pocos y no existen productos financieros innovadores. La preferencia por la liquidez solo tiene dos opciones: o el consumo interno o la fuga de capitales. Las altas tasas de interés provocan, por tanto, la fuga de capitales. La balanza de pagos se debilita y tiene que ser compensada vía endeudamiento. Es necesario recordar que la dolarización es una función de la balanza de pagos.

Efectos sobre la inflación.-Las altas tasas de interés provocadas por la sumatoria de componentes inconexos entre sí y que propenden a la ineficiencia del sistema, encarecen la producción y la importación. Se añade un componente inflacionario al dólar que proviene directamente desde las altas tasas de interés. Este componente inflacionario se resuelve vía demanda agregada interna, por la reducción de la capacidad de consumo, en especial, de los trabajadores. La débil demanda agregada interna impide que la inflación se desarrolle. Así, el contexto recesivo de la economía se convierte en una condición para evitar el crecimiento de la inflación. Sobre este escenario los bancos no tienen problema si la inflación sube porque su rentabilidad está asegurada de antemano. Si la inflación sube, se incrementa también la tasa de interés y se acentúa la recesión.

Efectos sobre los costos de transacción y asimetrías de información.-La metodología del Banco Central del Ecuador descarga sobre la sociedad y la economía los altos costos de transacción de la actividad financiera e impide mecanismos más eficaces y más transparentes para la intermediación ahorro-inversión. La privatización de la información personal en los burós de crédito, y la falta de defensa de los derechos ciudadanos como consumidores del sistema financiero, dejan en indefensión a los clientes del sistema bancario privado. Hay una asimetría de información entre el cliente y el banco privado. El banco privado conoce la capacidad financiera de sus clientes, pero ellos no conocen los costos de transacción de su banco. Las altas tasas de interés castigan directamente a los clientes porque cualquier incumplimiento se sanciona con costos de transacción que no son proporcionales al incumplimiento. Hay una asimetría fundamental entre las sanciones a los clientes y la capacidad discrecional de los bancos para imponerlas que afectan incluso a los derechos civiles y económicos de los clientes del sistema bancario. Esas asimetrías se expanden, consolidan y aseguran a partir de las altas tasas de interés. 

Conclusiones

La metodología de cálculo es redundante, tautológica y se convierte en una seria amenaza económica porque:

(i)           La metodología de cálculo de tasas activas de interés realizada por el Banco Central del Ecuador (con apoyo del Banco Mundial y el soporte del FMI) adiciona de manera discrecional, asimétrica, puramente contable y sin ningún criterio de eficiencia financiera y repercusión macroeconómica las variables de: (a) costos de fondeo, (b) costos de riesgos, (c) costos de operación y (d) costos de capital;

(ii)         Las variables que utiliza el Banco Central para su metodología de tasas activas de interés, en realidad, se repiten a sí mismas, como por ejemplo  la variable gastos de operación se repite en aquella de costos de fondeo; la variable costos de riesgos se repite con aquella de costos de capital; la variable de costos de capital (que incluye la variable riesgo país), se repite con aquella costos de riesgos y costos de operación. Esto recarga de manera desproporcionada el costo de la tasa de interés activa;

No establece ninguna relación de retroalimentación entre cada una de sus variables. Es decir habría que pasar de una relación de matemática financiera expresada por la fórmula 

Ta((X1)i+ (X2)+(X3)i+ (X4)j)), 

hacia una mayor complejidad que puede expresarse en una nueva fórmula de cálculo expresada por la siguiente ecuación diferencial:

T Ti((X1)i, (X2)j, (X3)i, (X4)j)a

(iii)        La metodología del cálculo de tasas de interés por parte del Banco Central no tiene ningún enfoque de los procesos ahorro-inversión y, precisamente por ello, no tiene ningún concepto de tasa pasiva (tasa de ahorros) ni de spread bancario-financiero;

(iv)        Genera asimetrías de escala entre segmentos y cartera, así como entre actores del mismo segmento, porque no considera los procesos de concentración y dominancia de mercado de los grandes bancos. Por eso, los grandes bancos tienen mayor economía de escala que los medianos y pequeños, y pueden utilizar la metodología del Banco Central para conseguir mayores diferenciales de escala y obtener más control de mercado; es decir, la metodología favorece a los grandes bancos del sistema financiero privado porque les ayuda a consolidar su posición de dominio de mercado (en especial al Banco del Pichincha, Banco de Guayaquil y Produbanco);

(v)         Esta metodología genera asimetrías importantes entre el sistema bancario privado y las cooperativas de ahorro y crédito (COACs) del sistema de la Economía Popular y Solidaria (EPS). Por definición, los costos de fondeo de las COACs de la EPS, son mayores que aquellos de los bancos privados. Con las nuevas metodologías de tasas activas de interés, se homologa dentro de una misma actividad a sectores diferentes y que, además, tienen marcos jurídicos diferentes;

(vi)        Genera un ambiente de riesgo sistémico porque incorpora la variable “riesgo país”, medida a través del indicador EMBI creado y desarrollado por la J.P. Morgan, y que solo tiene relación con la calificación para la emisión de títulos soberanos de la deuda externa en los mercados financieros internacionales de capital, como una variable interna para la definición y estructura de la tasa de interés. De esta manera, añade un riesgo, innecesario por lo demás, de especulación financiera internacional dentro del mercado interno de tasas de interés;

(vii)      No permite la reactivación productiva del país porque encarece el costo del crédito y contribuye a generar recesión, desempleo. Tal como está planteada la metodología no hay posibilidad alguna para esa reactivación;

(viii)     El Banco Central del Ecuador tiene una noción tradicional de la tasa de interés, y no incorpora los nuevos avances teóricos de la tasa de interés que vinculan los procesos futuros con las capacidades presentes en una relación intertemporal dinámica y en un contexto de alta innovación financiera mundial;

(ix)        No permite la eficiencia del sistema financiero privado porque el costo de operación es muy alto de acuerdo a la metodología establecida por el Banco Central. En efecto, la metodología calcula costos de operación de 2,83% para el segmento productivo, 4,97% para el segmento de consumo y 6,21% para el microcrédito. Esos costos de operación impiden cualquier proceso de eficiencia en la gestión del crédito, porque en promedio, son más altos que la tasa libor internacional. De esta manera, este cálculo asegura la ineficiencia del sistema y la generación de costos de transacción para los usuarios y clientes del sistema financiero que encarecen el costo del dinero;

(x)          Traslada el riesgo del crédito al conjunto de la economía, es decir, externaliza una actividad que debe ser asumida desde el mismo sector hacia el conjunto de la economía y de la sociedad. Además, es incompatible con las disposiciones jurídicas que establecen los volúmenes de reservas para gestión de morosidad e incumplimientos, porque lo añaden como un componente del costo del crédito. Esto castiga de manera indiscriminada a los buenos pagadores. Es por ello que la propia metodología establece un rango diferenciado con los clientes VIP del sistema financiero. Para ellos hay una tasa de interés preferencial que se la denomina “tasa prime” y que es 60% más barata que la tasa de interés activa referencial más baja establecida por esta metodología (la productiva-empresarial);

(xi)        Añade los costos de impuestos que deben pagar las instituciones del sistema financiero, así como los costos por garantía de depósitos, a los propios usuarios del sistema financiero. De esta manera, el usuario paga por costos que deben ser asumidos directamente por el sistema financiero privado;

(xii)      No tiene relación alguna con los procesos ahorro-inversión internos, ni tampoco con los procesos ahorro-inversión territoriales.

(xiii)     Castiga a los que más necesitan y menos tienen como son las pequeñas, medianas y microempresas.

(xiv)     Expresa las ineficiencias del sistema. Se aleja de las propuestas fintech e impide la bancarización.